Capítulo: Tres

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JiMin sentía miedo.

Estaba acorralado por cuatro hombres, que seguramente harían con él de todo e incluso lo matarían.
Al menos debió esperar que alguien lo ayudara, pero al ver la mirada de ese tal InSik, supo que morir de hambre era mucho mas tentador que a manos de ese hombre. Su madre y su padre no dejaron de decir lo adinerado y lo muy bien que estaría con ese hombre, pero la mirada y su forma tan vulgar de tocarlo aún sin tener un compromiso le hizo sentir asco y terror.

Al menos podría decir que lo intentó, y que buscó ser libre...

- Un doncel... tuvimos suerte esta noche...- dijo uno de ellos- ¡Esta noche no pagaremos muchachos!

JiMin escuchó a los otros tres celebrar y mirarlo con perversión. Sus ojos estaban llenandose de lágrimas, iba a morir en un bosque.
Pero antes de que uno de ellos le pusiera una mano encima, un relámpago se abrió paso, un destello plata y una sombra barrió con los cuatro asaltantes, dejandolos en el suelo, sangrando de gravedad.

- Ya me hacían estorbo- dijo la sombra a su lado. JiMin le miró, y se deslizó por el tronco del árbol en el cual había sido acorralado, encogiendose en su lugar y tomando sus rodillas.

El desconocido se quitó su capa y cubrió el cuerpo del doncel. Le miró por un momento y se sentó al lado del tembloroso chico. Su espada era limpiada de la sangre y volvió a enfundarla. Miró la luna y descansó por un momento.

- Si sigues llorando pensaré que de verdad te hicieron algo- dijo de repente y con voz graciosa.

- Estoy bien...- susurró con la voz entrecortada y se cubrió aun mas con la capa sobre su cuerpo. Le parecía un acto caballeroso de parte del desconocido.

- ¿Tienes donde pasar la noche?- preguntó de nuevo. Vió al doncel negar y encogerse aún mas en sí mismo- Ven conmigo, vivo en un aldea pequeña, en el límite del norte y sur, las estrelllas se miran mejor allí... se ven mas libres...

JiMin se sorprendió, y miró al desconocido, la oscura noche no le dejaba ver mas que la silueta de su cuerpo y el brillo en sus ojos, a tientas buscó su mano y la presionó con fuerza.

- De acuerdo, tomaré eso como un sí...- el desconocido se levantó y tomó el bolso que había dejado en el suelo, sujetó al doncel cerca de su cuerpo y empezaron a caminar.
JiMin no decía nada, solo miraba la seguridad que el hombre emanaba, no le daba miedo, pudo haberle hecho algo en ese momento, incluso robarle o abusar de él, pero solo tomaba su mano mientras despejaba el camino.

Se preguntó muchas veces en ese momento, la libertad que él buscaba tenía precio, y en estos momentos sus padres deberían estar dormidos para luego encontrar su habitación vacía. Cuando saltó el muro que dividía la mansión donde vivía de la calle del pueblo, no se imaginó como era el mundo real para todos, una cosa era saberlo o intuirlo y otra muy diferente, era vivirlo. Se preguntó por las noches frías y nevadas que muchos pasaban a la interperie, por todas esas personas que pasaban hambre y no tenían ni siquiera un bocado en el día.

Cuando se dió cuenta, ya estaba amaneciendo.

- ¿Hermoso, no?- el desconocido habló y le mostró el amanecer en todo su esplendor. JiMin lo miró, nunca había tenido la oportunidad de ver uno tan cerca y tan real, sentía que podía tocarlo y estiró su mano- Ahí no debes tocarlo...- volvió a decir el hombre- Lo tocas aquí...- tomó la mano de JiMin y la dirigió a su pecho.

JiMin estaba sorprendido y miró al hombre a los ojos. Ese tono achocolatado se miraba mas claro de cerca, su salvador fue el mismo hombre al que había visto en la tarde. Ese que le dió el impulso de vivir de verdad.

- Soy JiMin...- dijo en un susurro, y con gestos tímidos.

- Dime Suga...- le mostró una pequeña sonrisa- Pero mi nombre real es YoonGi, ahora si no te molesta debemos seguir el camino para que descanses en un lugar seguro y mas cómodo...

Set Me FreeWhere stories live. Discover now