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12 de Diciembre
~Itachi~

Con mi dedo índice delinee sobre el pómulo derecho de Izumi. Era marcado pero no lo suficiente como para ser exagerado, y así era toda ella una mezcla de dos mundos que la hacía parecer la indicada.

Linda pero insoportable.

Orgullosa pero justa.

Fina pero groseras a veces.

Malditamente sexy pero recatada.

No tenía ni puta idea de cómo alguien se las arreglaba para ser lo mejor de dos mundos en una sola persona.

No soporté la idea que alguien quisiera meterse en mi mundo o adentro de él. Así que bien pude la traje a mi habitación, le hice el amor tantas veces como para ser el único que la estremeciera.

¡Mierda! ¡Que folladas daba!

Soy un caballero, pero debo admitir que esas caderas hacen un excelente trabajo en su momento.

Sin poder evitarlo mi boca va a su frente y planto un beso. Se siente extraño comportarse de tal manera, pero es lo que me sucede cuando estoy con ella o eso al menos estoy descubriendo porque no hubo manera que la soltara cuando quiso irse. Yo alguien que no soy de repetir dos veces el mismo plato fuerte, me vi envuelto entre sus largas y suaves piernas, nunca tenía suficiente de ella.

Sus ojos avellanada finalmente se abren, me parece ver un destello de ternura en ellos, pero el hechizo de mi bruja se rompe cuando de su boquita sale:

-¿Puedes dejar de tocarme el culo, pedazo de generado?

la miré sorprendido -¿No escuchaste hablar sobre el sexo mañanero? -muevo mis cejas de manera sugerente.

-¿No escuchaste que el desayuno es la comida más importante del día? - Me pregunta, casi olvido la manía que ella tiene de responder una pregunta con otra. Se levanta de manera que queda sentada en la cama, aún no lleva ropa es por eso que su cara es ultimo que me figuro ver.

-Aquí tengo algo para tí - tomo una de sus manos y la llevo al sur de mis caderas, de inmediato frunce el entrecejo y la quita.

-Te dije que tengo hambre - se cruza de brazos, si supiera que de esa forma su pechos se ven más tentadores que nunca, no lo volvería a hacer - ¿Qué miras? Dame comida -se cubre con la sabana y chasqueo con mi boca en protesta. No me gusta recibir ordenes, pero supongo que un hombre debe hacer sacrificio si quiere a una chica como ella.

-Hoy tienes suerte, tengo algo para tí.

-Mientras no sea una de tus cochinadas - aclara.

-Pensé que te gustaban mis cochinadas - digo en tono divertido, la veo sonrojarse mientras me levanto aun sin vestirme, cuando parece haber observado mi cuerpo de manera descarada sus pómulos se enrojecen más. camino a la heladera en busca de sus chocolates. Cuando abro la puerta el dorado de la caja resalta, la tomo y se la arrojo. Con agilidad logra atrapar la caja en el aire, es una fortuna porque estoy seguro que apunté mal y podría haber caído lejos. Me mira molesta, creo que aun no entiende que la delicadeza no es mi fuerte -buenos reflejos.

-Pésimos, modales. No eres delicado - protesta.

-Fui delicado tu primera vez.

Ella vuelve a sonrojarse y siento algo removerse en mi pecho. Las chicas con la que he estado no suelen ser así. Con ella es como si yo también estuviera viviendo mis primeras veces.

Izumi mira la caja con una sonrisa, que se borra a penas la abre.

-No lo puedo creer. Nada me sorprende viniendo de ti ¿Te comiste los bombones que eran para mí?

¡A que no te atreves! - ( Itazumi- +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora