✱| FOUR: El despejar del anochecer.

435 87 39
                                    

Shouto se había parado en muchos restaurantes desde su niñez porque sus padres se habían encargado de meterlo de lleno en esa área que los mantenía al principio creyó que lo odiaría porque estar encerrado en una cocina con grasa y sabores que un día terminarían por agotarle le daba una mala imagen del negocio familiar y no quería probarlo.

Eso hasta que poco a poco se adentró en el mundo culinario y cada una de sus ideas por más raras que fueran podían llegar a convertirse en éxitos para sus restaurantes con originales platillos elaborados por él con presentaciones dinámicas y elegantes, los comensales no podían más que irse con enormes sonrisas satisfechas y completamente conmocionadas por la presentación, nadie de su familia desaprovechó la creatividad de Shouto ni su excepcional paladar culinario, ni su mente llena de recetas exploradas e inexploradas. De un momento a otro sus hermanos ya no eran la imagen de los restaurantes —tenían talento— Enji lo sabía por eso le dejó a cada uno un restaurante el cual liderar, sobresaliendo el de Shouto por encima de los otros que, a más de traer envidias por parte de sus hermanos, fue la oportunidad de aprovecharse de su ingenuo hermano pidiéndole que les entregara alguna receta de las muchas que tenía para ellos como un regalo.

Shouto aceptó porque sus hermanos estaban valorando su dedicación y creó tres recetas basadas en las personalidades de cada uno de sus hermanos. Pensó que sería algo que ellos atesorarían en secreto, porque era una parte suya y de lo que sentía respecto a sus hermanos.

Unas semanas después se encontró con que las recetas que hizo especialmente para ellos eran el platillo estrella de sus restaurantes.

Se sintió traicionado y fue lo que provocó que deseara no volver a cocinar, seguía siendo el mejor, pero estaba desolado al pensar que sus hermanos solo lo había utilizado para enaltecer su propio restaurante. Nunca comentó nada, no volvió a entrarles recetas a pesar de que se las pedían con insistencia.

Incluso con las sutiles amenazas no quiso, sabía que su madre se preocuparía por su desaparición y se sintió terrible al preocuparla, pero ya no estaba dispuesto a entregar algo suyo a sus hermanos, él sabía de su talento y estaba muy consciente que si dejaran de verlo a él como su ancla podrían conseguirlo.

Shouto veía el potencial de sus hermanos a pesar de lo que le hicieron esperaba mucho.

Paseó su vista por los detalles de ese pequeño restaurante y los pocos clientes que quedaban, estaba muy acostumbrado a ver mucha gente en su restaurante agobiándolo con preguntas sobre conocer al chef y las felicitaciones.

La imagen le hizo relajarse.

El cenizo no soltó su mano en ningún momento ni siquiera por las miradas curiosas de las personas, solo una ligera inclinación por parte del rubio hizo que las personas sonrieran.

—¿Vas a invitarme a comer? —Cuestionó Shouto al ver a las personas volver a lo suyo.

—¿Quieres comer? —Preguntó de vuelta sintiéndose un estúpido por no pensar que tal vez él llevaba mucho rato en la feria sin probar bocado, naturalmente, tenía hambre.

Shouto dejó escapar una risita cubriéndola con su mano libre, Katsuki se veía tan desconcertado por su actuar que no hizo más que suspirar.

—Para empezar, no sé ni tu nombre. —Comentó Shouto sentándose en una mesa libre donde las sillas detalladas con figuras de flores resaltaban, Katsuki resopló cruzándose de brazos.

—Y aun así me seguiste. —Respondió, Shouto a más de avergonzarse se encogió de hombros, acomodándose en la silla.

—Te dije que soñé contigo muchas veces, quiero saber por qué y estoy seguro que tú también.

Dreams ✱ BKTDWhere stories live. Discover now