─ғɪɴᴀʟ

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Tardé mucho en volver a mi forma humana. No quería despertar de aquel maravilloso sueño, aquel sueño en donde yo no era una simple humana rodeada de vampiros y hombres lobos, sino que era especial al igual que mi familia.

Jacob, Leah y Seth me ayudaron a entender ciertas dinámicas de los lobos, como que tenía que llevar conmigo siempre un conjunto de ropa, a menos que quisiera estar desnuda frente a todo el mundo cuando volviera a mí.

Olfateaba todo lo que se me cruzaba en el camino. Animales, personas, vampiros... Este último era desagradable. No entendía cómo Jacob había logrado convivir con tantos vampiros en todo aquel tiempo sin morirse del asco. Supuse que el amor lograba cualquier cosa.

Ninguno quiso sacar el tema de cómo había llegado a ser un lobo, ni siquiera Seth que era el que estaba más intrigado con la situación, pero imaginé que lo había dejado claro en mi cabeza para proyectarlo en las suyas.

La principal duda que rondaba por la cabeza de todos nosotros era por qué yo me había unido a la manada de Jacob cuando, en realidad, la de Sam era, según nuestras suposiciones, la verdadera y única manada legal. La respuesta no era sencilla, menos sabiendo que todos los niños que se habían convertido en La Push se habían unido a su manada, pero todos teníamos al menos una misma idea. La lealtad. Estábamos cien por ciento seguros de que si me hubiera unido a la manada de Sam no tardaría ni minuto para dejarlos y venirme con Jacob.

Durante varias horas corrí carreras con Leah. Ella era demasiado veloz y yo aún demasiado inútil. Me costaba acostumbrarme a sincronizar mis patas delanteras con las traseras y más de una vez terminé con el hocico en el barro. Seth y Jacob se reían a carcajadas mientras veían como mi pelaje blanco terminaba todo negro.

Seth me ayudó a distinguir olores y reconocer el aullido de los lobos de la otra manada con facilidad. No era demasiado complicado, pero sin dudas tenía que llevarlo a la práctica. Más de una vez perseguí un conejo creyendo que era Jake, quien se había prestado para que lo encontrara.

Cuando la noche volvía a caer fue cuando me di cuenta que estaba viva. Tal vez no de la forma que hubiera esperado, pero tenía a mi corazón latiendo con tranquilidad junto al de Jacob.

Deberías volver a casa, me dijo Jake mientras caminábamos con lentitud hacia la casa de los Cullen, después de despedirnos de los hermanos Clearwater.

Lo sé.

Estaba claro que debía volver, pero no quería. ¿Cómo le explicaba a mi padre que yo era un lobo? ¿O debía ocultárselo? ¿Y qué le diría a Elena? Eso no lo tenía en claro, pero lo que sí sabía era que estar en mi forma lobuna me hacía sentir mucho más libre.

Edward se encontraba en el umbral esperándonos. Tenía una sonrisa en el rostro.

—Si tengo que ser sincero no apestas tanto como Jacob —dijo al recibirnos.

Me reí.

Gracias.

—¿Cómo es que ocurrió esto?

Es un tema bastante largo y complicado de explicar... Ni siquiera yo estoy muy segura, pero lo descubriré pronto.

Edward asintió y miró hacia adentro de la casa.

—Renesmee quiere que la lleves a pasear cuanto antes.

En cuanto descanse un poco volveré a por ella, díselo.

—Bien.

Acompañaré a Millicent a la casa, volveré, habló Jacob.

El vampiro asintió y entró nuevamente a su vivienda mientras nosotros nos metíamos por el bosque camino a mi hogar.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐇𝐄𝐑³ | jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora