Nueve

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Los recuerdos de Andy siguieron mostrando imágenes de batallas, sólo que ahora a quien protegía era a Keops y Nitocris.

Hubo varias batallas, hasta que la imagen volvió a cambiar y mostró de nuevo a Nitocris. Ella lucía más grande, tenía varias canas en su cabello, pero continuaba siendo hermosa y elegante.

Andy se sorprendió cuando encontró a Nitocris en su habitación. La otra mujer evitaba tener contacto con ella desde que se había casado y tenido hijos.

Mañana vas a votar a favor de la ley de esclavos. — Ordenó Nitocris autoritariamente.

¿Por qué tendría que hacer eso? — Pidió saber ella.

Porque yo soy tu faraona y te lo ordeno. — Contestó Nitocris enojada.

Ambas sabemos que esa ley es una mentira. Tomar como esclavos a enemigos de batalla, eso puedo aceptarlo en algún punto. Pero, ¿a personas pobres que no pueden pagar sus impuestos? Eso es crueldad. — Expusó ella pasionalmente su opinión.

La ley no es cruel ni buena, es simplemente la ley. Y la hago yo. — Retrucó Nitocris.

Entonces haz tu ley, no la de Keops. — La acusó ella.

De pronto, Nitocris la besó. Eso la hizo olvidar la pelea y le devolvió el beso. Hace tanto tiempo que no se besaban, que aprovechó para disfrutar nuevamente todo lo que la otra mujer le hacía sentir. Pero Nitocris había tenido otra idea, lo había usado solo como distracción. Y mientras la besaba le clavó una daga en el estómago.

Si no haces lo que te pido te convertiré en la enemiga del imperio. — Le advirtió Nitocris, cuando la otra revivió.

¿Y crees que me importa? — Preguntó ella, riendo irónicamente. — No es como si podrías matarme. — Le recordó.

Tal vez no pueda matarte, pero si encerrarte. Todos te tienen miedo Anubis, no es normal que una persona no pueda morir. Y si yo lo digo, todos van a estar en tu contra. — Dijo Nitocris, en tono amenazador.

Cuando Nitocris se fue de su habitación, ella se derrumbó al piso y lloró un largo rato.

Al otro día, votó a favor de la ley. No dijo nada a favor de la esclavitud, porque no iba a mentir en lo que pensaba y sentía. Simplemente dijo "la faraona es quien hace la ley, confíen en ella".

— No entiendo. — Se quejó Nile. — ¿Qué sucede? ¿Sobre qué fue la pelea y el acto público? ¿Qué tienen que ver una cosa con la otra? — Pidió saber.

— Me parece que sobre una ley relacionada la esclavitud. — Informó Joe lo que había logrado entender. — Andy no estaba de acuerdo, pero Nitocris la amenazó con algo. — Agregó en forma explicativa.

Lo siguiente que vieron fue la muerte de Nitocris. Y luego más muertes en batallas, Andy siempre protegiendo al faraón de turno. Pasaron un día entero viendo más imágenes de batallas egipcias, hasta que una vez más la imagen cambió.

Micerino, el faraón de turno que era el bisnieto de Keops y Nitocris, armó una celebración para alabar a Anubis. Pero lo que Andy no sabía era que en realidad era una trampa. Le dieron de beber veneno y cuando despertó la estaban momificando.

Las siguientes imágenes fueron oscuras. Andy muriendo ahogada una y otra vez. Hasta que de alguna manera logró sacar sangre de su boca, seguramente habría cortado sus labios y su lengua con sus dientes. Con la sangre pudo mojar las vendas de su cara para empezar a aflojarlas. Fue un proceso muy lento y murió varias veces por la falta de aire. Recién cuando sus brazos estuvieron libres, todo fue más sencillo. Una vez que logró salir de su ataúd, se encontró en la bóveda de una pirámide. Le llevó un par de días salir, y un par de muertes por picaduras de serpientes, pero finalmente lo logró.

A million ways to dieWhere stories live. Discover now