CAPÍTULO 23

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Luana llevaba aproximadamente quince minutos mirando la lluvia, llevaba una taza en mano con algo de chocolate caliente que había preparado Alec. Veía como de pronto las gotas de lluvia empezaban a caer en mayor cantidad.

La lluvia en Forks era habitual pero aquella noche pareciera como si se avecinara un diluvio, pero a la vez se sentía como un mal augurio. Luana podía sentirlo sobre su piel, era una sensación extraña que ocurría muy de vez en cuando.

—¿Qué ocurre? —La voz de Alec logro sacarla de sus pensamientos.

—Nada, ¿por qué crees que ocurre algo?

Giro para mirarlo, estaba parado justo en medio de la sala. Solo los separaba un poco menos de dos metros.

—De un momento a otro te tensaste y...

Se quedó callado, miraba fijamente hacia la ventana. El ceño se le frunció y una clase de confusión brillo en sus ojos. Luana curiosa tras el cambio drástico que tuvo volvió a mirar a la ventana, afuera bajo la lluvia y la poca luz de la luna se encontraba un lobo. Su pelaje era de un tono gris con manchas negras, los miraba fijamente y con su alargada nariz les indico que salieran.

—Tienen que estar jodiendo.

Fue lo único que salió de sus labios cuando se percató que Alec salía de la sala, de mala gana y con algo de enfado lo siguió. Estaba parado justo en el pórtico, resguardándose de la lluvia. Luana solo se recargo en el marco de la puerta esperando.

De un momento a otro empezaron acercarse dos siluetas y la luz que había en el pórtico las empezaba a iluminarlos, era Jacob y detrás de él venía una chica que no reconocía.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca Alec hablo.

—¿Qué pasa?

—Estaremos patrullando toda la noche por esta área, incluyendo su casa.

De pronto detrás de Jacob y la chica apareció el lobo que habían visto por la ventana.

—No hará falta que hagan patrullaje por aquí, estamos bien.

—No está a discusión, se hará el patrullaje.

Luana rodó los ojos con notario fastidio por aquello, Jacob se dio cuenta de ello al igual que Leah y la irritación en ellos también se vio reflejada. Leah no soportaba la idea de que Sam les haya puesto otro patrullaje sobre sus hombros, primero estaba Bella y luego aquellos dos, ya estaba harta. Jacob por otro lado la situación le molestaba porque su preocupación estaba en Bella, él quería estar dando todo su esfuerzo para vigilar la a ella y no a ellos.

—Clar-

—Son ordenes de Sam, si quieres discutir con alguien hazlo con él.

La chica con identidad desconocida para ambos cazadores había interrumpido a Alec, en seguida la irritación que sintió Luana por la situación le enfado. ¿Quiénes se creían para callar de esa manera a Alec?

Dejo de apoyarse del marco de la puerta y camino decidida hacia aquella chica, pero Alec puso su brazo en el camino, impidiendo que avanzará. La miro sobre su hombro dando una mirada para que se calmara.

—Está bien, hablaremos con él en la mañana.

Con aquello se dio por finalizada aquella pequeña reunión. Antes de entrar a la casa Luana paso una fugaz mirada sobre todos los que estaban ahí, Jacob, la chica y el lobo. Se quedó mirando unos segundos más al lobo, ¿quién sería? No le tomo tanta importancia, así que entro. Alec entro detrás de ella y cerró la puerta.

—Increíble que ahora un par de perros gigantes nos vigilen mientras durmamos.

Alec no había estado molesto en ningún momento desde que llegaron a Forks, pero al parecer aquello no era para nada de su agrado. después de todo eso prepararon juntos la cena, estuvieron charlando mientras cenaban y después de que terminaran la charla siguió hasta entrando la madrugada. Estaban algo cansados y cada quien se fue a su respectiva habitación.

Eran las 4 a.m. y ambos jóvenes estaban sumidos en un sueño acogedor, al parecer la noche estaba tranquila, seguía la lluvia y se podría escuchar en toda la casa el ruido que hacían las gotas al golpear con el cristal de las ventanas.

Un fuerte golpe se escuchó en la ventana de la habitación de Luana, el estruendo que causo en su habitación había sido suficiente para que ella se despertara. Todo estaba completamente apagado salvo una luz que venia del pasillo, su puerta estaba abierta y pasaba la luz que probablemente sea de la habitación de Alec, ¿por qué estaría despierto? Paso su mirada por toda su habitación antes de levantarse, se quitó las mantas de encima y se sentó a la orilla de la cama, coloco sus zapatos antes de levantarse y salió directo al pasillo.

Estaba encendida la luz de la habitación de Alec y curiosa se acerca para mirar, su puerta estaba abierta pero no lo suficiente para mirar al interior. Una ves estando cerca la abrió un poco más para mirar, pero Alec no se encontraba ahí, su cama estaba desacomodada y sus zapatos junto a su chaqueta no estaban por ningún lado.

Se alejó de la entrada de la habitación, cruzo el pasillo directo a las escaleras, pero cuando estaba por bajarlas Alec estaba al final de ellas y estaba a punto de subirlas.

—¿Qué paso? —Su voz había salido algo soñolienta.

Alec llevaba su pantalón de pijama, llevaba su playera negra junto a su chaqueta puesta y en su mano sujetaba su cuchillo.

—Escuché algo en la parte de atrás, solo fui a ver. —Termino por subir las escaleras, ya estaban uno al lado del otro.

—¿Viste algo?

—No, pudieron haber sido alguno de la manada.

—¿Segú-

Antes de que pudiera terminar de preguntar de que si estaba seguro las luces de la casa se apagaron por completo, terminando en la oscuridad. Alec activo a su cuchillo serafín, consiguiendo algo de luz para ambos.

—¿Habrá sido la lluvia?

La única respuesta que obtuvo fue un aullido a lo lejos, después otro y otro. Tres en total. 

Algo estaba ocurriendo.

La otra SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora