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UN ESPOSO DE MENTIRA. | CAPITULO O5 : NIÑOS

El ruido de los niños gritando y familias hablando muy fuerte, resonaba en la pizzería en donde se encontraba Killua y los pequeños de su amigo

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El ruido de los niños gritando y familias hablando muy fuerte, resonaba en la pizzería en donde se encontraba Killua y los pequeños de su amigo. El plan del mayor era sobornar a los niños para que fingieran ser sus hijos.

── ¿Papá no sabe que nos trajiste aquí? ── Pregunto Koemi, la hija mayor de Gon, con uno de sus acentos raros.

── No, aún no. ── Le respondió en un susurro el mayor

── ¡Es un secuestró! ¿Lo sabías? ── La niña había dejado de utilizar acentos y habló con su voz normal, algo enojada.

── Eso es ilegal. Voy a gritar y se lo voy a contar a nuestro padre. ── Amenazó Keiji antes de tomar un pedazo de pizza y morderlo. Killua nunca penso que los niños iban a ser tan escandalosos. No será fácil, pensó Killua antes de suspirar.

── No, los conozco a los dos desde hace tiempo y bisky esta aquí. ── Dijo mientras apuntaba a la niñera que estaba coqueteando con un empleado de la pizzería en la que se encontraban. ── Haciendo lo que sea que ella hace. ── Continuo hablando algo incomodo, llevando el vaso con gaseosa a sus labios dándole un largo sorbo.

── Ella es medio rara. ── Dijo el mas pequeño a lo que Killua asintió.

── Así esta el asunto, ¿Qué les parece si fingen cómo qué son mis hijos por una tarde? ── Propuso el albino.

── ¿Por qué no le dices la verdad a esa pobre chica? ── La niña le repitió lo mismo que le había dicho Gon. Ahí se daba cuenta de que en verdad eran sus hijos.

── ¿Lo sabes? ── Preguntó asombrado el mayor.

──Nuestro padre nos cuenta todo. ── Le informó mientras sonreía. ── del anillo de bodas. Lo de chica indiscreta estuvo genial. ── Dijo mientras agitaba su larga cabellera de un lado a otro igual como lo había hecho su padre. ¡Dios! si que se parecían. Era cómo ver a Gon en versión pequeña y siendo mujer.

── No, no, no, ella no es así, su padre la describió de una manera muy rara. Pero escuchen, decir la verdad no es la solución ahora. Creí, creí que te emocionaría trabajar actuando al fin. ── Aquí killua decidio comenzar a convencerlos, mejor dicho, manipularlos.

── Si esto es un trabajo, tienes que pagarnos. ── Alegó la pequeña.

── Si, claro que les pagare. ── Les aseguro a los pequeños. ── Con experiencia. ── Les respondió con una sonrisa ladina, aún que esa no era la respuesta que los niños esperaban.

── Yo quiero dinero de verdad. ── alego la fémina con seguridad.

── Ya dilo, ¿Cuánto quieres? ── Interrogó a la pequeña

𝗨𝗡 𝗘𝗦𝗣𝗢𝗦𝗢 𝗗𝗘 𝗠𝗘𝗡𝗧𝗜𝗥𝗔 | 𝗞𝗜𝗟𝗟𝗨𝗚𝗢𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora