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Rubito de mierda, te veo y te arranco los pelos —Pensó y bufó Rintarou, pasando a la biblioteca.

El de cabellos oscuros se dirigió a la parte más amplia, el espacio para los de artes.
Ahí había un amplio hueco sin mesas. Las sillas se encontraban colocadas unas sobre las otras en una esquina, estas se podían tomar para sentarte o apoyar los materiales en ellas.

Deberían traer mesas a esta parte, las sillas son incómodas muchas veces —Pensó a la par que sus ojos rodaban.

Al final, se colocó cerca de una mesa.

Lo siento mucho pero, no doy más usando una sillita de mierda —Bufó. Dejó su maletín sobre la mesa, al lado colocó el caballete.

Preparó el caballete como siempre. El cuadro se encontraría alto, necesitaba continuar con la parte baja de este. Sacó sus pinceles, dejándolos sobre la mesa. También, sacó la manchada paleta de madera.

Llevo ya muchos años con esta paleta... —Sonrió al recordar el pasado y todos los momentos vividos con aquel simple trozo de madera sucia.

Una vez todo estaba listo, solo quedaba colocar el lienzo.

—... —Todo era silencio en aquella gran biblioteca.

Oh no.
Maldita sea.
¿En qué momento?
...
Rubio de mierda,
rubio hijo de puta.

Un grito ahogado salió de la garganta de Rintarou, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo en ese instante.
Sus ojos comenzaron a recorrer el lienzo con rapidez, como si su vida en ese preciso instante dependiera del estado del lienzo.

—No, no, no, no —Comenzó a negar en alto, alertando a la gente del alrededor—. No me puedes estar haciendo esto —Susurró muy bajo, sin despegar la mirada del lienzo.

El lienzo se había rajado verticalmente, de arriba a abajo.
No lo sabía, no se dio cuenta por ir con prisas hacia la biblioteca. No se fijó que el rubio hijo de puta le había roto su lienzo, su trabajo.

—Me voy a matar —Habló angustiado, sintiendo que las lágrimas iban a caer por sus ojos en un momento desprevenido.

—¿Está todo bien? —Susurró un chico, tocando el hombro de nuestro protagonista.

Suna giró la cabeza delicadamente.
Una lágrima cayó por sus ojos pero, con brusquedad la limpió al ver al contrario.

Es él —Pensó. Su humor cambió como la velocidad de la luz, sintiendo su sangre arder de la rabia.

El de cabellos grises estaba confundido, ¿por qué aquel lindo chico le miraba igual que él miraba a su gemelo cuando se comía su comida sin permiso?

—Eh... —Miya aclaró su garganta—. No sé qué te sucede, vine porque estabas preocupando a varias personas y la señora bibliotecaria dijo que te va a echar de aquí si no dejas de hablar alto —Explicó entre susurros para no ser regañado ni echado de ahí, aún necesitaba hacer el trabajo.

Una risa sarcástica escapó de la garganta de Rintarou.

—¿Me estás jodiendo? —Gruñó—. No sé cómo mierda hiciste para cambiarte el puto pelo en un instante pero —señaló el lienzo—, mira lo que me hiciste al lienzo —Hizo una pausa—. Hijo de puta.

Osamu frunció el ceño al escuchar sus palabras.

¿Cambiar de pelo?
¿Lienzo roto?
¿Hijo de puta?

Ding, una bombilla se encendió sobre su cabeza.

—Tsumu... —Murmuró entre gruñidos.

—¿Así te llamas? Bien, "Tsumu"; cómprame un lienzo —Le miró con las cejas levantadas y de brazos cruzados.

—¿Qué? —Abrió sus ojos—. No, no —Negó, sorprendiendo a Rintarou.

—¿¡Cómo que no!? —Gritó sorprendido. Estaba perdiendo los nervios de la ansiedad y angustia que sentía. Agarró al chico del cuello de la camisa, atrayéndolo a él—. ¡Tú lo rompiste, tú lo pagarás! —Le miró.

—¡Dije que no! —Suspiró y sintió que el chico le agarraba del cuello de la camisa—. ¡Es un malentendido todo esto! —Su vista se fijó en los ojos de Suna—. Hazme caso —Susurró leve.

Otra vez, una risa sarcástica escapó de la garganta de Rintarou.

—¿Un malentendido? ¿Es que acaso vi a tu gemelo malvado o qué? —Levantó las cejas.

—Algo así —Agarró la muñeca de Rin y le obligó a soltarle de la prenda—. Miya Atsumu es mi hermano, el rubio —Le miró, aún sujetando su muñeca—. Y yo soy Miya Osamu, el de pelo gris —Suspiró—. Te dije que yo no fui, habla con él —Murmuró.

Suna se quedó perplejo, ¿un gemelo?

lienzo  #  osasuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora