Parte 5

49 6 0
                                    

No recuerda mucho, incluso podría decir que no recuerda nada que no fueran aquellos ojos azules y esos cabellos de color rubio junto con esa cara pálida con manchas de tierra y pequitas. Y si bien podría estar buscando a ese hombre que no conocía, no podía y se tenía que aguantar, sufriendo para sus adentros porque se encontraba en una cama de hospital rodeado de sus amigos a quienes no les había mencionado a esa persona, ni tampoco pensaba hacerlo pronto.

-¡Craig! ¡Craig, te estoy hablando! --gritó Clyde. Gracias a la voz chillona del mismo, Craig dejó esos pensamientos a un lado, volviendo a la realidad, esa en la cual tiene a Clyde aferrado a su cuerpo llorando desde hace una hora y reclamando cosas que tampoco recuerda-- ¡Pero voltea a mirarme por lo menos, carajo! Trato de que te des cuenta de lo pendejo que eres al casi morirte tan pronto. ¿Sabes quién iba a tener que encargarse de toda la comida de tu funeral? ¡Exacto! ¡Yo!

-Clyde, cariño, ¿podrías no pensar en comida sólo por una vez? --cuestionó Bebe quien ingresaba a la habitación con el carrito de medicinas, puesto que ella es la enfermera que atiende a Craig--

-Perdón, linda, pero es culpa de éste irresponsable. ¿No sé te ocurrió dejar los preparativos de tu funeral listos antes de morir?

-Pues discúlpame, el próximo fin de semana que piense morir en un accidente te prepararé una lista antes --se burló Craig con ese tono sarcástico que lo ha caracterizado toda su vida--

-¡Pues deberí-

-Clyde ya cierra la boca, por favor, terminarás haciendo que a Craig le de algo y termine muriéndose de verdad --regañó Token-- Antes de que digas otra estúpides, procedo a retirarme, tengo que recoger a Nicole del trabajo. Me alegro mucho de que estés bien, Tucker, volveré luego. --el moreno tomó su mochila del suelo y salió del cuarto haciendo un ademán de despedida con la mano--

Así pasó una semana hasta que se aseguraron de que Craig podía irse, recibió el alta y lo primero que pensó al salir no fue en volver al trabajo, no fue en comer algo más que la horrible comida de hospital que nunca se terminaba, ni en ir a su descuidado hogar, no, él quería ir a buscar a ese bombero.
La cosa era, ¿cómo lo iba a hacer?

No podía llegar a la estación de bomberos y simplemente:

<<Hola, me llamo Craig Tucker y vine a buscar a un hombre rubio, medio alto, me salvó la semana pasada de un incendio en uno de los edificios del centro, lo que pasa es que me dejo la cabeza hecha un desastre y creo que me gusta.>>

No, no, claro que no. Pero tampoco tenía más ideas, socializar no era su punto fuerte y lo más seguro era que se estaba arriesgando mucho por nada, porque Craig no lo conocía, ni siquiera sabía su nombre.

Quizá y sólo quizá estába llendo de forma muy ambiciosa cuando ese chico podría no ser lo que piensa que es, podría simplemente ser otro capricho como con los chicos anteriores que se le habían insinuado y como llamaban un poco su atención les aceptaba una salida, un café, una charla o una noche de calor y jadeos. Sí, seguro era eso.

Entonces, si estába seguro de que era la misma situación, ¿por qué estaba parado afuera de la entrada de la estación de bomberos?

Save me from the fireWhere stories live. Discover now