Capítulo 2

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¿Qué diablos pasa aquí?

Miro a la chica latina, Dios, sus bellos orbes color café me dejaron hipnotizada... Nunca había sentido algo así parecido.

Vi que todas se acercaban a la mesa donde yo me encontraba y respiré.

_¿Qué significa esto? - Preguntó la chica latina, a mí porque era la única a la que miraba.

Igualmente miré a mi lado comprobando que no hubiera nadie más que yo para contestar.

_Disculpe, ¿qué significa qué? - Pregunté confundida.

Me fulminó con la mirada, bueno, esos orbes tan hermosos también producían miedo.

_¿Por qué te llaman amor estas chicas? - Preguntó, esta vez fue la chica alta rubia que me habló. -Responde, Jauregui.

Traté de analizar la situación, pero yo no las conocía y peor no sabía a qué se estaban refiriendo.

_No sé de qué me hablan ustedes - Dije confundida y totalmente sincera.

La chica morena, la que me había besado, se acercó más a mí, y por la cercanía, me levanté de mi sitio. Estaba invadiendo mi espacio personal y al hacerlo sentí una bofetada.

Eso me dolió, pero pensé que estaba en un sueño.

_¡Eres una idiota! - Me señaló después de la bofetada que me dejó afectada -Ella ha jugado con nuestros sentimientos. -Dijo mirándome.

_¿Qué? -Dijimos las tres.

Igualmente yo seguía muy confundida.

_No sé de qué hablan, no he sido yo, están mal. - Dije con ansiedad -¿Alguien me  quiere jugar una broma?

Entonces, se acercó a mí la rubia alta y temí por mi vida. Bueno, solo pasó que también recibí una bofetada de su parte.
¡Dios, qué suerte es la que tengo!
Dolió y estaba a punto de soltarme a llorar, pero no pude.

Ellas se retiraron y solamente quedamos la latina y yo. Ella me miró fijamente y tenía lágrimas en sus ojos. Quería abrazarla para que dejara de llorar y también quería que alguien me consolara y creyera en mí.

_En serio... ustedes están equivocadas - Dije tranquilamente, sobándome las mejillas. A pesar de no demostrarlo, estaba muy triste.

Entonces también me abofeteó, más desesperada me puse.

¿Por qué me pasaba esto a mí?

Hoy tenía que ser un día donde consiguiera amistades, no donde ganara enemigas.

Se suponía que tendría un hermoso día y bueno...

_¿Por qué hiciste eso? - Pregunté un poco harta.

_Te lo mereces, jugaste con nosotras, con las mismas palabras, bromas, con todo igual.

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba siendo el centro de atención, y las demás chicas me miraban como si quisieran matarme.

_Están locas. Ni siquiera las conozco. - Alcé mi voz.

Ella secó sus lágrimas.

_Eso es lo que ahora dices para liberarte de todo y salir inocente, Jauregui.

Salió lo más rápido de la cafetería y me dejó con miles de preguntas.

Recogí mis cosas y decidí retirarme de ahí. Había sido suficiente por hoy. Fui a casa y comencé a llorar. ¿Por qué me hicieron esto personas que no me conocen?

Porque no me explican. Maldita sea que no pude defenderme y quedé como una piedra. Tanta suerte tengo, que no bastó con la secundaria donde recibí bullying, pero ahora eran golpes de chicas con las que, según ellas, yo había jugado.

Y también todos éramos mayores, no éramos unas crías. Para solucionar las cosas hablando.

¿Será que alguien quería jugarme una broma de pésimo gusto? Si es así, lo había logrado, lo consiguió. Consiguió también que no quisiera ir a la Universidad.



Narra Camila

Salí del comedor y me dirigí al baño, me encerré ahí y comencé a llorar. Dolía tanto, dolía haber sido tan estúpida como para caer en las redes de Jauregui. ¿Por qué no dudé?

Había caído en esa sonrisa tan hermosa y sus ojos, pero algo en ellos me advertía que algo pasaría, pero no le tomé en cuenta. Me cegué. Pero su mirada que me dio hoy era un poco diferente, era una mirada triste y vacía. Estuve alrededor de 20 minutos llorando. Me había apegado tanto a ella...

Soy una chica que se apega tanto a las personas. Era mi punto débil. Ya era hora de salir y levantar mi cara y continuar con mi día.

Salí del pequeño cubículo y lavé mi rostro. Al girarme vi a las dos chicas con las que Jauregui me había engañado.

_No llores, chica - Me dijo la más alta

-Ella no merece una lágrima de nosotras.

_Concuerdo con ella - era la chica morena -Soy Normani. - Se presentó.

_Yo soy Dinah.

Las quedé observando, esto era raro.

_Soy Camila, pero me dicen Mila.

_Bueno, Camila, debemos superar a esa chica.

_Yo creo que hay que hacerle ver que jugar está mal.

Y eso es exactamente lo que haríamos.

You Know  (Camren).  EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora