Capítulo 2.- Dragones.

115 11 2
                                    

                                                                      

"Nunca midas tu riqueza"



Capítulo 2.- Dragones.


Isla de Man

Daban aproximadamente las 9:34 de la mañana. El sonido de las olas del mar al chocar con las rocas de la costa había provocado que su mente regresara de su estado de ausencia. Poco a poco los ojos marrones del diseñador gráfico regresaban su luz a la realidad.

Lo primero que había visto fue el lento giro del ventilador grisáceo que colgaba del techo de aquella desconocida habitación, posteriormente su vista se posó en el entorno. Cuadros de desconocidos colgaban de las paredes junto con algunas imágenes religiosas, al fondo una planta de sombra bastante crecida que se mecía con el viento provocado por una pequeña ventana abierta, junto a ella, un mueble que sostenía un antiguo radio de los años 70's y una gran variedad de libros viejos de aparentes hojas amarillas y forrados desgastado. Una silla junto a la cama donde yacía y —justo a un lado de su cabeza—,una mesita de noche con una lámpara hecha de caracoles de mar, algunas medicinas y agua sobre la mesa.


¿Este lugar? —se alteró al no reconocer el sitio, pero su pánico a lo desconocido no llegó a perturbarlo mucho ya que (como un parpadeo), la horrorosa escena del accidente de su avión llegó a su mente.


Había vuelto a revivir aquella aterradora experiencia en su pensamiento con mucho detalle, sus ojos se abrieron de golpe por el shock y al revolverse su estómago vomitó al piso.

Trató de tranquilizarse, inhaló y exhaló varias veces para poner sus ideas en claro; si estaba muerto al menos quería saber si eso era el cielo o el infierno.

Se levantó, de inmediato se dio cuenta que llevaba puesto una pijama azul claro limpio. No parecía haber rastros de sus ropas ó alguna pertenecía conocida por algún lado, salió descalzo agradeciendo a los cielos que la puerta no estuviera cerrada con llave, siendo víctima de algún secuestro.

Al parecer se trataba de un edificio antiguo como de alguna clase de albergue. En el largo pasillo podía toparse con varias personas sosteniendo alguna cobija o hablando con cierto familiar. Quiso atreverse a explorar el sitio para analizar el estado de su situación actual, pero entonces un chico de tez blanca —de la misma edad que él, aparentemente—, cabello turquesa y ojos esmeralda, lo había saludado alegremente con una simpática observación.

—Parece ser que no dormirás por un largo tiempo. Después de todo has estado inconsciente por un semana entera.

Jaden Yuki parpadeo varias veces sintiéndose confundido, después cayó en cuenta lo que había dicho aquel chico y su quijada llegó al suelo.

—¡¡¿Una semana?!!

La expresión del chico desconocido le había dado a entender que le parecía graciosa su reacción.

—¡No puede ser que estuviera tanto tiempo dormido! !Tenía que estar haciendo negocios en Suecia!

El desconocido rio bajito.

—Me llamo Jesse Anderson, fui tu enfermero todo este tiempo. Creo que hice bien mi trabajo pues al final pude ver el brillo de esos bellos ojos que me ocultabas.

Las mejillas del castaño se tiñeron de carmín por el comentario, se rascó la cabeza apenado y ofreció un apretón de manos amigable.

—Mi nombre es Jaden Yuki, mucho gusto. Y gracias por cuidar de mi.

Cambio de CorazónOnde histórias criam vida. Descubra agora