64. "¿Eres feliz ahora?"

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Todoroki

A la mañana, siguiente me enteré de que la noche anterior no solo se había planeado una noche de películas, sino que también Shinso y Kaminari se habían convertido en pareja y esto último, por mucho, me tenía bastante sorprendido. Sabía que se llevaban bastante bien pero nunca imaginé que así de bien.

El tema, por supuesto, me había causado una mezcla de sentimientos a los cuales no podía darles nombre del todo. No podía dejar de pensar en la expresión de incomodidad de mi viejo cuando le dije que Katsuki y yo habíamos estado saliendo. Sumado al hecho de que la sombra de Mineta aún era un dolor de cabeza, que pese a que lo peor ya había pasado pues mi viejo no pareció estar del todo en desacuerdo, seguía sintiéndome presionado, incómodo y triste. Lo último que quería era que Katsuki fuera lastimado por él, y si para eso debía mantener la distancia, eso haría.

Asimismo, producto del chantaje, Katsuki también había mantenido las distancias, siendo esto lo peor de toda esta situación. Me había acostumbrado tanto a su calidez que mi habitación se sentía horriblemente helada sin su compañía. Quería abrazarlo y así como Shinso y Kaminari podía estar juntos sin inconvenientes, quería decirle a los demás cuán importante era para mí.

Había estado decaído luego de la semana de exámenes finales, comiendo apenas lo necesario, deseando despertar de esta pesadilla donde debía estar separado de una de las personas más importantes para mí. En mi habitación solo repasaba los momentos junto a él; el recuerdo de sus manos acariciando mi cabello, su tenue olor a caramelo quemado, sus mejillas rojizas junto a su ceño fruncido cuando lo fastidiaba, sus labios sobre los míos, incluso como pellizcaba mis mejillas para molestarme. Extrañaba sus gritos, sus comentarios sarcásticos y cómo sus ojos rojos parecían hipnotizarme cada vez que estábamos juntos... aunque mis mejillas siempre terminaban húmedas, pensar en esto era lo único que me mantenía cuerdo.

El día había transcurrido sin contratiempo. Los chicos estaban audible y visiblemente animados, llegando incluso a lanzarse palomitas de maíz como si de una competencia se tratase. Deseaba estar tan animado como ellos. Estaba acomodado al lado de Midoriya, quien platicaba con Iida sobre las mejores películas para héroes en entrenamiento mientras Tsuchan y Uraraka hablaban de los actores protagonistas de la película que veríamos esa noche. Realmente no tenía ganas de estar presente, pero solo accedí porque sería la última noche juntos antes de nuestras vacaciones de invierno.

Al otro extremo, Katsuki estaba sentado junto a un Sero al que poca o ninguna atención le prestaba, mientras tenía la vista fija en su bebida. Él tampoco parecía estar a gusto de estar allí, pero conociendo lo insistente que pueden ser Ashido y Kaminari, no es de extrañar que haya accedido, ya sea para que lo dejaran en paz o porque, de lo contrario, lo habrían arrastrado hasta aquí.

Me levanté un momento hacia la cocina para tomar leche de fresa. Sé que no es la típica bebida navideña para una noche de películas, pero necesitaba relajarme y solo esta dulce bebida era capaz de hacer que me sintiera un poco más a gusto. Me dirigí a la alacena, esquivando a un emocionado Oijiro que casi hace que derrame el recipiente con agua que sostenía; nunca imaginé que le gustaran tanto este tipo de películas, y que compartiera estos gustos justo con Shinso, quien parece preferir más del Halloween que de cualquier otra festividad.

Busqué en las alacenas el saborizante rosado para mi bebida, solo para que, como ocurrió aquella noche en la que Midoriya descubrió nuestra relación, me encontrara con un recipiente con escasos residuos con olor a fresa.
– ¿Por qué no desechan los envases vacíos? – Resoplé incómodo para dirigirme a las alacenas en el área de lavado, esperando que hubiera un repuesto. Estar de pie allí, pese al bullicio, hizo que mi mente viajara a esa noche donde estaba en los brazos de Katsuki, tal y como me gustaría estar ahora. Un amargo suspiro salió de mí garganta cuando alcancé el recipiente y me proponía volver al desayunador, pero la voz de Kirishima, o más bien, el nombre que pronunció, detuvo mi regreso.

Solo Nosotros Dos 💥 🍰Where stories live. Discover now