PRÓLOGO:el comienzo

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PRÓLOGO:El comienzo.

Las estrellas colisionan en el abismo espacial cerca de la constelación de Pegaso,el patriarca Shion miraba con pesadez desde su santuario arriba de una gran colina que llega por un solo y único camino, estas estaban custodiadas por 12 templos/santuarios los cuales seres humanos poderosos  gobierna estos dominios ante el poder de una maldad sin precedentes para poder así proteger La Paz y la justicia en la tierra. Tras la lucha contra enemigos el mundo estuvo en paz durante 3 años.

La última lucha fue contra un ser gobernador de los mares quien portaba un peligroso tridente junto que una armadura conocida como Kamei.

—Las estrellas se conmovieron tras la lucha de el santo de Pegaso contra El Dios Poseidón.—Decía Shion mirando con inquietud las estrellas en el cielo nocturno.—¿Puede ser señal de algún mal augurio?.

Otra estrella más "calló" del cielo señal de que la perdición del patriarca no estaba de todo equivocado pero solo puede ser una coincidencia, el patriarca camino rumbo al interior del santuario, hondeando su vestimenta que cubría todo su cuerpo exceptuando su rostro y cabellera de color verde. El sonido de los pasos refunfuñaba entre el largo pasillo de columnas del templo, todo con una alfombra de color rojo con unas tallas doradas en los costados. Siguiendo su camino con los ojos cerrados pensativo sobre todo lo que había visto en el cielo todo con aquellas estrellas alumbrado la constelación de Pegaso dando un tono dorado,¿ acaso significaba que el santo podría llegar a ser un caballero dorado?, no lo sabía, pero algo estaba claro.
El siguiente santo de bronce habrá mucho de que hablar cuando se llegue a conocer en las tropas de los Santos.

—Shion.—Una vos detuvo el andar del patriarca, este abrió sus ojos para mirar al final del pasillo sentada  en un trono de oro y joyas una hermosa mujer.—¿Ahí algo que te perturba Shion?.

—Athena-Sama, no es nada solo e visto los astros reaccionar ante la constelación de Pegaso.—Respondió con respeto el hombre a la ya nombrada Athena.

No era nadie más que la Diosa de la Guerra y el amor Atehna hija de Zeus. El dios del cielo.

Su rostro se suavizó en un deje de confusión al escuchar lo que el sacerdote acaba de decirle.

—¿Acaso explotaron?.—Preguntó, todo con una tenue voz dudosa.

—No, más bien, colisionaron y una estrella callo después.–Respondió para luego decir. —No estoy muy seguro, pero siento que algo muy grande se esta por acercar......

—Shion.—Interrumpido la diosa, llamando la atención de su subordinado—...tuve un sueño...., un dragón de color negro con tonalidades moradas mordía con su fauces a un pobre Pegaso blanco, pero un dragón de color rojo lo salvó de morir en sus colmillos.

—¿A-Acaso será....?—Trago saliva con una mirada fija en su diosa, estaba en un tenso ambiente serio ambos.

Después de unos segundos la diosa asintió con la cabeza de manera asqueada.

—Si,...algo de verdad grande pasará.–La mente de un joven Santo Seiya de Pegaso con la armadura de la lucha contra poseidón apareció fugazmente en su mente.–pero...ese dragón....Era Wyvern. Una de las estrellas celestiales de pecado de Hades.

Los ojos abrieron de par a par de el patriarca. No podía creer que nuevamente un enemigo tan fuerte volvería a aparecer ante sus ojos, pero sobre todo pensó en sus antiguos compañeros, Regulus de Leo..lucho contra Wyvern en la anterior guerra santa, muriendo en el acto para volverse uno con la naturaleza y el planeta tierra, los únicos sobrevivientes de esa guerra desgarradora en los santos dorados son él mismo y Dokho de libra.

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2020 ⏰

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Saint Seiya DxD: Los lamentos de un WyvernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora