Capitulo 4: "Lo que no sabias de mí"

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        CAPITULO 4: "LO QUE NO SABIAS DE MI"

Llevo bastante tiempo saliendo con Murasakibara, a decir verdad, no podría esperar más de aquel chico infantil que hacía unos meses me había presentado Akashi que a decir verdad al principio había unas cosas que odiaba en el... Y tal vez esas insignificantes cosas me hicieron enamorarme de él.

Murasakibara casi vivía conmigo, venía a dormir casi todas las noches, cuando no llegaba a venir decía que no podía dormir bien, que necesitaba abrazarme para que pudiera dormir como un bebe. Me reía un poco de eso, pero a decir verdad, también lo extrañaba mucho, mi casa se sentía solitaria y era cuando me preguntaba "¿Por qué duraste tanto tiempo sin buscar a alguien?", y me regañaba mentalmente, había sido una tonta si... Pero no lo hubiera dejado conocerme y no saldríamos ahora como una pareja feliz, a pesar de las burlas de Kise y Kagami las cuales eran todos los días durante el trabajo, más si ambos debíamos estar juntos en la cocina.

Pero, hubo días en los que no me acompaño a casa ni se quedaba a dormir, simplemente me decía que tenía algunos asuntos y en su lugar el que me acompañaba al tren era Kise... No es que me molestara que me vieran con el modelo de calendario y que me envidiaran, pero el problema real era que Kise no es mi novio; quería a Murasakibara y él no me hacía frente, a veces hasta sentía que comenzaba a evitarme.

-Kise... Puedo hablar contigo- si Kise era el encargado de acompañarme tal vez él podría ayudarme a contestar las preguntas que todos los días daban vueltas en mi cabeza.

-Te escucho Reira- sonrió angelicalmente como siempre lo hacía, solo eso enfurecía a las fans que llegábamos a ver en nuestro trayecto.

-Tú crees... que Murasakibara este con otra persona?- a decir verdad era más difícil preguntarlo que pensarlo, pero debía armarme de valor.

-Pues, no soy la persona más indicada para decírtelo, aunque Murasakibarachii no es de esas personas, él es infantil y se molesta con facilidad, pero no creo que engañe a la chica que le gusta nada más por estar aburrido- se encogió de hombros -tal vez esto deberías hablarlo con él y no conmigo-.

-Pero casi no lo veo, y ya tiene mucho que no va a mi casa, y en el trabajo comienza a evitarme- para cuando me di cuenta ya habíamos llegado a la estación.

-Solo te diré algo- puso su mano en mi cabeza -ten un poco de paciencia con ese hombre- sonrió.

-Está bien, pero no prometo nada- me despedí y entre a la estación.

En el camino me dio bastante tiempo de pensar, acerca de lo que me había dicho Kise, para ser franca, aun tenía muchas dudas, y si Murasakibara no quería darme la cara, estaba realmente jodida. ¿Cómo es posible que alguien a quien quieras, comience a herirte de la noche a la mañana?, no podía dejar de hacerme esa duda; él y yo comenzábamos a tener planes para el futuro, y nuestra relación relativamente se ve estable, ¿Qué es lo que ha cambiado?, ninguno hemos dejado de sentir lo que sentimos por el otro... Aunque tal vez el si lo haya hecho.

Los días siguieron pasando y yo, no lo había siquiera visto, a él lo habían cambiado de turno (eso o todos me habían mentido por que no sabía nada de un segundo turno), y seguía sin verlo, hasta que un día decidí dejar de atormentarme con ello y fue cuando lo encontré, en una cancha de basquetbol callejero. Me quede mirándolo, era interesante su forma de jugar aunque yo no supiera mucho del tema, termino su partido y vi como todos estaban agotados y el apenas estaba comenzando a sudar, jugaba como un monstruo; después de un instante él se percató de que yo estaba ahí.

-Rei-chin...- leí sus labios que mencionaban mi nombre a lo lejos, quería irme pero mis piernas no me lo permitieron, a los instantes él ya estaba al lado mío -¿Qué estás haciendo aquí?- me pregunto serio, como si yo hubiera hecho algo malo.

-Solo salí a caminar, creí que si no salía contigo de menos podría salir sola- le reclame.

-¿A que vienen esos reclamos?- parecía como si el no supiera nada.

-Te vas no se cuánto tiempo, ya ni me buscas y yo... Me haces sentir sola- vi hacia otro lado, sabía que su rostro estaba inexpresivo.

-Pues, esto es algo que no sabías de mi- dice poniendo una mano en mi cabeza -juego basquetbol y apuesto en ello- dice serio, como si yo no le importara -nunca te dije esto porque todos dicen que esto está mal, pero así puedo tener un poco más de dinero-

-Y es por eso que dejas de pasar tiempo conmigo?... Para mí no es excusa... Si, prefieres esto por mi está bien- dije un poco herida -si quieres podemos dejarlo- un nudo se hizo en mi garganta, vamos Reira, no puedes llorar ahora.

-Acaso eres tonta?- ríe un poco -eres lo mejor que me ha pasado en la vida- de repente se pone serio de nuevo -solo que no te dije nada porque podrías enfadarte, y algunas bandas me retaron y me amenazaron con hacerte daño si no jugaba contra ellos, este era el último partido que debía disputar- sentí como me rodeaba con sus enormes brazos en un cálido abrazo, de esos que había extrañado tanto.

-Pero... Yo... Kise...- todo era muy extraño y las palabras no salían con fluidez de mi boca.

-Le pedí a Kise-chin que no te dijera nada, porque podrías comenzar a preocuparte y yo no quería eso-

-Pero igual me preocupaste jacaranda idiota!- le grite golpeando un poco su abdomen.

-Oye, ya sé que estas molesta pero no me digas jacaranda- estaba comenzando a enojarse, odiaba que le llamara así, aunque respiro y siguió explicándome -A partir de ahora será como antes, podremos estar bien-

-Y seguirás jugando y apostando?- pregunte mirándolo, me costaba un poco de trabajo, pero no quería que siguiera en ese ambiente.

-Si me lo pides tú, no lo hare de nuevo- se acercó a mí, lo suficiente para que nuestros labios se rozaran -que clase de hechizo me has hecho para que yo diga eso?- y sin más, me beso larga y tiernamente.

Y de nuevo caí ante él, ¿que tenía que simplemente no podía permanecer enojada con él? Sus cálidos abrazos me hacían sentir segura y sus besos me hacían sentir amada, sensaciones que no había sentido en mucho tiempo... A esto se referían los muchachos con "Ten paciencia" al fin había comprendido por completo y aunque esas palabras no eran para nada difíciles de entender, mi frustración y decepción me habían cegado por un momento.

-Murasakibara... No me dejaras por alguien más, ¿cierto?- y el pensamiento de que él se estuviera viendo con otra mujer regreso a mi mente a pesar de que ya me había explicado lo que había estado haciendo todo este tiempo.

-Claro que no, yo soy un hombre de una sola mujer... No puedo ver a ninguna otra mujer que no seas tú- ríe ante eso y yo solo le hago un puchero -mejor ven, te invito a comer-

-Está bien... Pero eso no quita que aun este molesta contigo- le recalque, por si pensaba que todo estaba como antes, aunque en mis adentros mi corazón latía como loco y se derretía.

Me llevo a una pequeña cafetería que estaba cerca, según él me había dicho la comida era muy buena. La decoración del lugar era sencilla, las paredes pintadas en tonos crema y los muebles marrones. Nos pasó la recepcionista a una mesa que estaba cerca de una ventana, ya que era el único lugar donde Murasakibara cabía bien, por sus más de dos metros de alto.

Ordenamos la comida del día, que consistía en crema de espinacas, arroz, pollo en salsa cremosa de champiñones y pay de zarzamora con queso. Esperamos a que la camarera llegara con la comida, me distraje un poco viendo hacia la ventana, la gente pasaba ocupada en sus asuntos, las madres con sus hijos, algunas con bebes y otras con niños... Tal vez sería hermoso tener hijos pensé hasta que sentí una mirada penetrante, voltee desde donde venía y vi al hombre que me traía loca de nuevo, esa gran jacaranda que aunque el odie ese sobrenombre a mí me lo perdonaba siempre, porque era mi Murasakibara.

-Tengo algo raro?- le pregunte, tal vez el maquillaje se me había corrido o me había manchado de algo sin querer.

-No, esta tan bonita como siempre- sonríe.

-Tonto- sentí como me sonrojaba, cuando estaba con él no podía controlar eso.

-Tal vez lo soy, aunque este tonto tiene una propuesta que hacerte- dijo un poco serio de nuevo, no me gustaban esos cambios, eran como si fuera bipolar.

"Cásate conmigo" fue lo último que escuche para quedarme paralizada.

Purple HairTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang