•S[e]OUL ~ JIKOOK•

1. Buscando algo nuevo.

POV Jimin

A mis jóvenes 23 años la vida me parecía aburrida y rutinaria. Apestaba.

¿Qué harían ustedes para conseguir un poco de adrenalina?

Siempre fui un chico de "pueblo", viviendo en Busan, mi ciudad natal, completamente alejado de la capital de mi país. La vida no me llenaba, incluso aunque bebiera por las noches en clubes, saliera con mis amigos y tuviera todo el sexo del mundo cuando quisiera, nada de aquello me parecía interesante ya.

Busan era grande y conocida por sus playas, pero particularmente donde yo vivía, estaba bastante alejado de la "civilización", aunque no puedo negar que me divertía en todas aquellas noches de locura, pero todo era igual.

Donde fuera que mirara, todo parecía lo mismo, como una fotografía vieja, desgastada, que de alguna manera sigues guardando pero de todas formas ya no te genera las mismas sensaciones que antes.

Mi mundo no era nada especial.

En mi intento por escapar de aquella monotonía, me despedí de mis padres y decidí dejar mi hogar para emprenderme en un viaje hacia la capital; Seúl.

Buscaba algo nuevo, porque quería sentir algo, lo que sea que me hiciera sentir diferente. Había sentido ya todo lo que necesitaba sentir. Las calles de Busan ya no se sentían bien, parecían erradas, incómodas bajo mis pies. El aire parecía áspero. No sabía dónde pertenecía.

Aquel lugar ya no me identificaba y sólo quería algo que me quitara toda aquella sensación de rutina aburrida que me dejaba con un sabor amargo y un cierto malhumor por mi disconformidad con todo lo que me rodeaba.

Los sabores, los olores, los colores y los matices ya no me llenaban, todo era insípido, incoloro, como en blanco y negro.

Buscaba algo nuevo, sí. Estaba buscando algo nuevo. Algo que jamás hubiera conocido antes.

Llegué a Seúl tarde, el sol estaba por esconderse y el cielo de la gran ciudad me recibió con unos colores anaranjados y rosáceos que me parecieron espectaculares. No era como si jamás hubiera visto aquello en Busan, pero el simple hecho de haber sido lo primero que vi en mi nuevo hogar, me hizo sentir fresco y ansiando aquella nueva etapa.

Decían que la noche en Seúl escondía mil y un sorpresas, que prometía encuentros sorpresivos, inesperados, situaciones llenas de adrenalina, rincones misteriosos, lugares mágicos, un amplio rango de sensaciones para experimentar.

Sí que estaba emocionado, porque las simples luces de la ciudad que se prendían conforme el sol comenzaba a despedirse ya dejaban ver lo maravilloso de la vida nocturna de aquella metrópolis.

Mis ojos brillaban de éxtasis porque estaba ansioso por saber lo que me esperaba allí, un mundo de nuevas oportunidades y vivencias que lograrían devolverle a mi joven ser la emoción de sentir un nuevo día avecinarse.

Fue suficiente enviar un mensaje a mis padres para avisar que había llegado a salvo y que ya estaba en aquella habitación que había rentado al menos para pasar el primer tiempo y acomodarme una vez comenzara a trabajar y estudiar en la universidad.

Planeaba comenzar a trabajar de lo que fuera, pero había conseguido el contacto de una casa de música donde vendían discos e instrumentos musicales, así que me pondría en contacto con ellos próximamente.

Aún así, dejé de lado mis maletas en esa habitación de motel que de hecho tenía cocina y baño propios, por lo que era bastante decente a pesar de ser un motel, y comencé a prepararme.

No iba a desperdiciar la noche yéndome a dormir como si nada. La palabra "cansancio" no existía en mi vocabulario.

Me vestí con unos jeans negros bien apretados, una camisa negra de mangas cortas con el cuello desabrochado. Me peiné y humedecí un poco mi cabello, el cual había teñido de negro azabache hacía unos días para comenzar mi nueva vida renovado, y puedo decir que me gustó bastante el resultado. Mi mejor amigo Hobi, quien en realidad se llama Hoseok, me dijo que ese color me hacía ver como una estrella porno, a lo cual me carcajeé por su comparación extraña.