capítulo 20 ( parte 2)

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Parte 2

Justo cuando Aila iba a por ellas, las interrumpieron unos guerreros que luchaban entre ellos consiguiendo así que Ingrid y Sir, pudieran escapar de ella.
Corrieron dirección en donde no deberían, en mitad de todo el barullo, encontrándose de por medio a muertos, o recién muriendo por espadas clavadas en sus torsos, cogidas de la mano, echaron a andar hasta que llegaron a un punto que no querían, en donde veían todo lo que pasaba a su alrededor, igual que en sus visiones, se miraron entre si.

Mientras eso ocurría, Liv seguía luchando contra Jorge y otros que le venían por detrás y justo cuando le cortaba el cuello a uno, el tiempo se le paralizó al ver a la muerte en frente de la batalla observándola, haciendo que recorriera la mirada a todos los suyos, viendo como algunos eran heridos pero seguían levantándose, no dejaban que unas heridas aunque fueran de gravedad, les frenara.
Se fijó ahora en Einar, que luchaba junto a dos de sus vargrs que lo defendían de los que iban a traición por su espalda, luego a su hijo, que se dirigía a un punto en concreto, frunció el ceño al ver que iba en dirección a donde estaban Sir e Ingrid, era como en la visión, no había cambiado nada, solo una pequeña diferencia, esa consecuencia que la hizo buscar a Sindri.

Al hayar‐lo, automáticamente lo supo, ya entendió la consecuencia al mirar los ojos de Ingrid, era ese momento que debía escoger, era eso, eso que la llevaría a tomar una decisión.
Instintivamente, se llevó la mano al vientre, comprendiendo lo de su hija, era ese regalo amañado, esa elección que debía tomar.
Si la escogía a ella, debía darse la vuelta, debía reaccionar, ese instinto materno, como tantas veces le había proporcionado tanto ella como Rune, volver a tener la oportunidad de cambiarlo todo, darle la vida, seguir viviendo, con otras consecuencias, ser la reina de vikinga de todos esos hombres que luchaban por ella, pero, ¿ ha qué precio?
¿ pasar toda la vida luchando?
Si, estaba claro que si optaba por esa decisión, ganarían esta batalla, pero, ¿ ha cuántos perdería en otras?
Sobrevivirían en esta, ¿ pero y las demás?
Una lágrima amenazó con salir de su ojo, no solo tenía que escoger si vivir o morir, sino también la vida de su hija, que podría tener una segunda oportunidad.
Una oportunidad, ¿ de qué?
Miró de nuevo a su alrededor, toda esa sangre, esos muertos en vida luchando por una causa que no era la de ellos, ni siquiera la de los suyos.
La cuestión era, ¿ y la otra opción?
En esos segundos en donde el tiempo se detuvo, volvía a mirar a sus hombres, y luego, se fijó de nuevo en Rune, fruncía de nuevo su ceño al verle otro colgante en su cuello, reconoció ese amuleto.
Miró a Sir ahora, supo que significaba, su legado.
No pudo evitar contraer sus lágrimas, comprendió esa opción, ahora entendía todo, ahora todo tenía sentido.
Sus guerreros no morirían sin su permiso, estaba claro todo.

Volvía a tocar su vientre mientras veía a su vieja amiga, la muerte, que la esperaba entre la multitud, esperaba que tomara su decisión.
¿ se giraba? ¿ o no?
Al comprender lo que iba a suceder, también supo que no era justa la decisión, pero si para todos ellos, aunque no fuera para su hijo, su pequeño, el futuro de una nueva generación que podría cambiar su existencia, para el resto, ya no había futuro.
Tragó saliva mientras cerraba sus ojos momentáneamente, pidiéndole disculpas a su pequeña pero sobretodo a su hijo, por tomar esa decisión ahora.
Daba igual todo lo demás, algo mucho más lejano la esperaba, esas guerras en la tierra, no eran suficientes para ella ni los suyos, ellos eran guerreros, pero no nacieron para luchar en vida, nacieron para luchar más allá.

Cogió aire volviendo a mirar a las brujas, sonrió, las hizo entender que había escogido.
Ambas, se las vió caer una lágrima, pero asumiendo su decisión, respetando- la, sabiendo que por fin hacía algo por si misma, que no era coaccionada, pero de eso se trataba, ellas solo debían guiarla en el camino, darle opciones, como ella había dado a todos y a cada uno de sus hombres.
Voltó la vista hacia la muerte de nuevo, muchas cosas le pasaban por la cabeza, entendiendo la unión con su manada, con sus hombres y mujeres, comprendiendo el porqué.
Su corazón latía despacio, quería sentirlo, quería notar su propia respiración, se sentía tranquila, en paz ahora sabiendo que no era egoísmo, era darles a los suyos algo más que esto, darles la eternidad a todos ellos, se lo merecían, aunque el sufrimiento que parecerían, solo serían unos minutos, solo para hacerles comprender, solo para darles la orden.

LA ERA VIKINGA ( quinta temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora