Laurie en el presente

12. Jo visita a Laurie

Cierto día Jo notó que el señor Laurence salía de su casa sin la compañía de su nieto.

"Esta es mi oportunidad" pensó. "Ahora que no está su abuelo, me pararé frente a su casa, le lanzaré una bola de nieve a su ventana y cuando volteé, le diré algo para iniciar una conversación"

Jo hizo lo que había planeado, y en el instante que Laurie se asomó por la ventana y se encontró con la mirada de Jo perdió su aspecto de tristeza a unos ojos que se iluminaban y unos labios que sonreían.

-¡Hey!-dijo Jo

-Hola-respondió Laurie con una voz ronca

-¿Estás enfermo?

-Lo estoy, me resfrié por estos días lluviosos, llevo una semana encerrado en casa.

-¿Tan grave es?

Laurie sonrío.

-En realidad no, pero el abuelo no me deja salir.

-¿Gustas compañía?-dijo Jo

-Claro, por favor ven.

-Espera un momento, voy a mi casa por algo-dijo Jo mientras se alejaba

Laurie se arregló sólo un poco, peinó su cabello y se cambió de ropa, además arregló su cuarto. Después de unos minutos escuchó el sonido del timbre de la casa seguido por la voz de Jo.

Lo cierto es que la casa de las March no era pequeña, pero la casa de Laurie era del triple de tamaño. La empleada que abrió la puerta indicó a Jo como llegar al cuarto del joven, Jo subió las escaleras que estaban frente a la sala de estar. Laurie escuchó los pasos de Jo sobre el piso de madera, ella entró con un plato tapado en las manos.

-Meg me dijo que le trajera un poco del pastel imposible que acaba de preparar-dijo Jo

-Gracias-dijo Laurie

-Aunque siendo sincera te recomendaría no probarlo

-¿Tan mal está?

-Es una broma, lo hace muy bien, pero siempre nos burlamos de Meg, por estar intentando hacer nuevas recetas que ve en YouTube y nunca le salen como se muestra. Pero ella no se rinde, no sé si lograremos sacarla de la cocina algún día.

Laurie sonrío.

-Noté que no habías salido estos días, por eso decidí venir a verte

-Como me extrañabas...

-¡Nada de eso! Me compadecí de tu soledad.

-Eso fue cruel, Jo.

-Lo siento -dijo Jo- sólo no vuelvas a hacer ese tipo de comentarios.

-Gracias por venir a acompañarme.

-No es nada, gracias a ti por recibirme, supongo.

Jo destapó el plato mostrando el delicioso postre.

-¡A comer!-dijo

-Esto se ve demasiado bello como para comerlo-dijo Laurie

-Si no quieres comerlo ahora, puedes pedir que te lo guarden para la cena. Es muy ligero y no te hará daño; como es tan suave, se deslizará por la garganta sin lastimarla... ¡Qué cuarto tan bonito!

-Lo sería... Si estuviera bien arreglado, supongo.

-Eso déjamelo a mí-dijo Jo mientras comenzaba a acomodar las cosas.

Así, mientras platicaban Jo dejó en orden el cuarto. Después le pidió a Laurie sentarse en un sillón.

-Muchas gracias, Jo. No tenías que molestarte, el cuarto parece otro. Siéntate tú también.