Imperceptible

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Ella estaba empezando a despertar del profundo sueño en el que la habían metido. Estaba dentro de un contenedor de vendas malolientes, sintiendo asco y muchas ganas de vomitar, le faltaba el aire puro, su mano derecha buscó a tientas al lado de su pierna del portakunais, intentando sacar uno para liberarse, pero no fue necesario ya que ese vendaje se rompió y sin previo aviso cayó de lleno en el suelo rocoso.

Sintió un terrible dolor en el rostro, aún más en la mandíbula; había caído de frente contra la tierra dura. Se arrodilló inmediatamente para librarse de su encierro, quitando con desesperación todas las vendas que la tocaban. Llevó ambas manos a su boca done tenía los labios pegados, los separó con algo de dolor, se dio cuenta de que en sus dedos había mucha sangre, lo que quería decir que su boca estaba hecha un desastre. Con las mangas sucias de su blusa negra de manga larga se limpió la boca y no pudo ahogar un grito pequeño de dolor. Pensó en curarse a sí misma pero se dio cuenta de que no tenía casi nada de chakra así que se dijo que buscaría un medic-ninja de emergencia.

Se puso en pie y un terrible mareo la invadió tan profundamente que cayó de bruces. De repente empezó a escuchar voces, quejidos, lamentos. Volteó hacia atrás con miedo y cuál fue su sorpresa al darse cuenta que había miles de ninjas cayendo de esas grandes ramas de árbol. Se sintió mejor, al parecer no era la única.

Pequeños flashes empezaron a iluminar brevemente su mente.

Madara. Los kages. El jubi. Monstruo. Sangre. Neji. Naruto. Pelea. Alianza shinobi. Una luna roja. El árbol de chakra. La diosa. Encarcelamiento. Sueño profundo. Ella tenía una cita con Naruto. Y luego todo se volvió blanco. Despertar. Asco. Caída. Dolor. Confusión.

Realidad.

Ahora lo sabía. Estaba en la realidad. Había sido parte de los muchos shinobis que fueron atrapados por el tsukuyomi infinito. Y si ahora estaba a salvo, en su realidad, significaba solo una cosa.

"Naruto-kun ha vencido" pensó con felicidad, sintiendo su corazón cálido, sintiendo que incluso su chakra se incrementaba levemente.

Con fuerza se levantó otra vez, ayudándose con sus manos. Se preguntó dónde estaría Naruto en esos momentos, necesitaba verlo, saber que estaba bien. Caminó torpemente a donde había una conglomeración de ninjas. De repente se iba despejando para permitir que el héroe pasara.

El equipo 7 venía en camino.

Hinata sonrió al ver a Naruto... pero enseguida su sonrisa se desvaneció. Naruto venía cargando el cuerpo muerto de Sasuke Uchiha. A su lado, inamovible como siempre, aparecía Sakura Haruno, y detrás estaba el sensei de ellos; Kakashi Hatake. Los tres cabizbajos, con heridas en sus rostros, con sus miradas algo perdidas y cansadas, vacías.

Hinata iba estorbarles el paso así que se hizo para atrás. Cuando Naruto pasó por un lado de ella, Hinata abrió la boca para decirle algo, pero él ni siquiera reparó en ella, ni él ni ningún miembro del equipo 7. Con tristeza los vio partir, vio sus espaldas, vio sus ropas rotas, era sencillo; estaban destrozados.

Apretó los labios con fuerza para no llorar pero fue inútil, sus ojos empezaron a verse vidriosos y el agua contenida en ellos empezó a arder así que no tuvo más remedio que dejarla escapar. Fue entonces que recordó que ella también estaba destrozada.

-o-

La reconstrucción de la aldea estaba tomando su tiempo. Todos los ninjas y los civiles ayudaban con gran diligencia. Por ahora casi no había misiones para ninguna aldea, al menos ninguna que fuera una real misión shinobi, pues solo se trataba de conseguir recursos materiales para reparar las aldeas o de conseguir víveres. Ninguna aldea estaba cobrando por servicios ahora, todos se estaban auxiliando sin ningún precio.

Ella y su oscuridadWhere stories live. Discover now