Oscuridad I

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La luna brillaba en lo alto del cielo, acompañada de unas densas nubes que afortunadamente daban el paso de la luz nocturna. Una pequeña gatita negra se restregaba cariñosamente entre las pantorrillas de su dueña, quien estaba sentada en el pasto frío del cementerio. Era de noche y había un frescor relajante en el ambiente. Neko; enfundada en su uniforme de ANBU, contemplaba los kanjis con que habían escrito el epitafio de la tumba que tenía enfrente.

Sakura Haruno.

"¿Es por que no pudiste salvarlo, doctora?"

—¿Y qué si mis palabras fueron el último paso para que ella se fuera? ¿Y qué si fui yo quien le dio el último empujón? —pensó en voz alta mirando la plateada bola destellante. Eclipse maulló un poco y luego saltó al regazo de su dueña, quien no le hizo caso pero la dejó acurrucarse.

Estaba por cumplir un año en el entrenamiento ANBU y mañana a primera hora le darían el honor de por fin otorgarle el grado ninja que ella había exigido desde un principio. Se preguntaba si aun el grado de ANBU le ayudaría hoy en día porque principalmente el clan Hyuga estaba tranquilo desde la pasada rebelión de la segunda rama. Ella sabía aun así que no podía confiarse. Al tener inmunidad por ser ANBU podría proteger más a Hanabi. Sin embargo, su hermana había empezado el entrenamiento del juken con Hashimoto y estaba resultando productivo.

Sakura se suicidó. Sakura se fue. Para siempre.

—¿Y si yo también me voy? —Observó con atención aquella tumba e imaginó que decía su nombre, que decía "Neko". ¿Quién vendría a su entierro? ¿Habría alguien más además de Hanabi? Se había alejado de sus amigos, de su equipo. Kurenai y los chicos nunca más regresaron a buscarla a la mansión y realmente no los culpaba por ello.

Hanabi tenía a Ibiki quien la protegería por siempre con su vida. Tenía a sus fieles Hashimoto y Hisae quienes la resguardaban hasta del viento. Hanabi a su vez tenía la responsabilidad de cuidar de lo que quedaba del clan Hyuga. Pero, justo ahora ¿cuál era el propósito de Neko? ¿Neko? ¿Cuál era su nombre? A veces lo olvidaba momentáneamente.

—Hinata. —Se dijo sintiéndose tonta. Era extraño llamarse así mientras tenía puesta la máscara de gato. Se dejó caer en el pasto de repente y Eclipse maulló inconforme pero no se despegó de ella —. ¿Qué es lo que soy ahora? ¿En qué me he convertido? ¿Por qué me siento tan... vacía? No, imperturbable. Como si supiera qué hacer en todo momento. Como si ya no fuera Hinata, sino otra persona. —platicaba con la nada, después de todo no había muchas personas a quienes confiase sus pensamientos. Ninguna en realidad. Hanabi se preocuparía, Ibiki le diría que no se estaba enfocando en su entrenamiento y Kakashi... bueno, Kakashi era pisar terreno minado.

Tenía que darse prisa, ya era de noche y si no regresaba a tiempo Hanabi se empezaría a preocupar. Últimamente a la líder del clan se le veía cansada, un poco somnolienta, como si no pudiera dormir bien. Hinata no quería preocuparla de más así que empezó a trasladarse por sobre los techos de las casas de la aldea. Hacía frío pero su uniforme práctico le protegía bien, además tenía su máscara de gato que le cubría perfectamente la cara. Ahora que lo pensaba, hace mucho que no veía su rostro en un espejo, no se ponía atención, solo se levantaba para colocarse la ropa y se cepillaba el cabello sin verse mientras caminaba para ponerse las botas y ya estaba, una vez lista iba a la habitación de Hanabi para ver qué necesitaba y luego de ahí retornaba a sus fatídicos entrenamientos con Ibiki. No recordaba la última vez que se vio en un espejo.

Se adentró al complejo Hyuga y por ahí en un pasillo poco iluminado transitaban un par de sirvientas que al verla le dieron una reverencia rápida y nerviosas se hicieron a un lado, bajando la cabeza sin atreverse a mirarla. A la sombra del clan Hyuga aquello le pareció raro, ahora que lo pensaba nunca había reparado en la distancia que tomaba la rama secundaria para con ella, a excepción de Hashimoto y su madre, claro está.

Ella y su oscuridadWhere stories live. Discover now