Pasado el tiempo, en un lugar despejado de todo, rodeado de árboles y de un ambiente tranquilo se ubicaba una tierna casita de madera. Pequeña en realidad, con una ventana y una puertecita detalladamente decoradas. Había un poco de leña fuera junto con un hacha fabricada de piedra y pino.
Un ligero humo salía de la ventana, olía bastante bien.
Detrás de la puerta alcanzaban a escucharse delicadas risas femeninas, que contrastaban entre sí.
-Te he dicho que dejes de jugar, si sigues haciendo esto la comida se quemará. – comentó entre risas.
-¿Y qué con que se queme? Adoraré tu estofado con sabor a carbón del mismo modo que te adoro a ti. – argumentó mirándola desde su vientre.
-No creo que lo hagas. – contradijo - ¿Sabes las veces que se ha desperdiciado la carne por tu culpa?
-No hemos desperdiciado nada. – acarició su espalda – Todo lo que se ha quemado me lo he comido, ¿no es así?
-¿Por qué siempre que me toca cocinar haces esto? Estoy comenzando a perder la esperanza de cocinar algo algún día sin que debido a ti se queme.
-Entonces, - se detuvo y subió hasta tenerla frente a frente - ¿Prefieres que me vaya, Annie?
La rubia sonrió.
-Está bien. – acercó los labios – Tendrás que comer comida quemada eternamente, Mikasa.
-Amo tu comida quemada.
Comentaron entre risas, fundiéndose en un dulce beso. Un beso que dudaría el resto que les quedara de vida.
Fin
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Volver a releer está historia me dio un poco de nostalgia. Ame escribirla en colaboración con Pame. Ojalá la hayan disfrutado.
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Attack on Heart
Random-Annie, ¡maldita! ¡Sácame de aquí o haré que te arrepientas toda tu asquerosa vida! -¿Por qué debo de? - Cuestinó seria. -Porque si quieres vivir tienes que hacerlo. -Vaya... - sacó del bolsillo una llave dorada de notable tamaño - Y yo que venía a...
