Mi Paraíso✧

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Sarah;
Pensar por lo que había pasado Holland, me hizo reparar en que tal vez necesitaba escuchar que alguien le creía, y esa era yo. El abrazo fue largo y sentido, quería ayudarla pero no sabía que necesitaba ni que hacer, así que le dije lo primero que se me vino a la mente;
- Bueno, para que no le des tantas vueltas al asunto, yo juro que te creo y que voy a estar para lo que necesites. Si queres... podemos ver algo en la TV o dar un paseo... o lo que quieras, vos decidís. - le dije con un gesto tierno.
Ella me miró y me sonrió.
- ¿querés conocer mi granja?.
- ¡claro! . - le dije sin pensarlo dos veces.
Siento que realmente conoces a las personas en los pequeños detalles, en como vive, si hace la cama o no, ooo si lava los platos o lo que sea, ahí está la verdad, en los detalles y yo, era bastante curiosa... así que amaría conocer su casa.
Entramos en su auto y nos fuimos, no era tan lejos, solo tardamos 40 minutos de viaje y al llegar, todo era de ensueño. Había un prado lleno de margaritas y demás flores, luego se situaba su casa de color durazno, a su alrededor tenía girasoles. Había muchas mariposas de distintos colores al igual que tambien había Colibríes. Me dirigí hacia la puerta, ella la abrió y me dijo que pase.

── ✧ ──

Holland;
El "te creo" lo cambió todo, algo en mi decía que ella era la indicada, que como ella no iba a haber otra... tras sus ojos pude ver que todo lo que había dicho fue verdad, necesitaba que me conozca así que mostrarle mi casa era lo indicado.
Conforme iba abriendo la puerta ella iba expandiendo su sonrisa.
- ¡woow! ¿Todos esos cuadros son tuyos?.
- Si, todos mios. - me río.
- Que linda sonrisa tenés. - me devuelve la sonrisa y yo me sonrojo.
- La tuya es tierna.
- ¡gracias!.
Se generó una tensión por parte mía, no sabía como reaccionar así que busqué una excusa para desviar eso.
- Bueno, no te quedes ahí, pasá...
Sonrió y recorrió todo el lugar. Luego pidió permiso y se sentó en el sillón.
- sigo anonadada, tu casa es arte, me transmite paz por decirlo así.
- Muchas gracias, sos la primera en entrar a esta casa aparte de los sapos y ranas o algunos insectos del exterior. - suelto una risa un tanto incomoda.
- ¡hey! Tranquila, no es nada, tu casa es hermosa y me pone feliz saber que me elegiste a mi para que sea la primera en verla, quiero que sepas que aunque nos hayamos conocido hoy, si me necesitas sabes donde encontrarme o si queres te paso mi número, no tenés por qué seguir lidiando con tus cosas sola, podes contar conmigo desde ahora.
Me quedé perpleja, quería decirle que la amaba en ese mismo instante, sentí muchas ganas de besarla, pero no. Simplemente opté por sentarme en el sillón, ella abrió los brazos y la abracé.
- Gracias. - no podía contener más las lágrimas y empezaron a salir de a montones.
Cuando apoyé mi cabeza en su pecho pude sentirla, ella sentía lo mismo.

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Sarah;
Me resultaba tan extraño pensar que una persona que conocí solo en un día podía hacerme sentir este sentimiento... amor... no sabía si estaba bien, pero tampoco quería hacer nada, no quería lastimarla, quería cuidarla.
El abrazo fue fuerte y muy sentido, tal como el primero. ella lloraba y yo simplemente dejé que se aferrara a mi.
- Creo que te amo. - Soltó al fin, se sentó mejor y me miró.
Yo le agarré la cara con ambas manos, le corrí el cabello y le sequé las lágrimas.
- Creo que yo tambien. - le dije con un tanto de vergüenza.
Me miró y sonrió. Sentí un impulso y no pude aguantarme, la besé y ella lo siguió.