No la encuentro por ningún lado así que vuelvo a mi habitación para pasar la media hora que queda antes de volver con los novatos. En uno de los pasillos que conducen a los barracones de los instructores, me cruzo con Jenna. Junto conmigo ella fue la primera de nuestra promoción y además también fue mi novia (aunque muchas chicas de por aquí también lo han sido).
--Hola Jack – me saluda -- ¿Qué tal tu clase? Porque la mía es un grupo de torpes y débiles novatos.
--Entonces te pasa lo mismo que a mí – contesto sonriendo.
--Lo que nos espera... -- dice riendo – Ah, por cierto, hay una chica en tu habitación – comenta subiendo y bajando las cejas --. Qué poco has tardado en ligarte una, eh. Y además es muy guapa.
Así que ahí está. ¿Se cree que puede ir por aquí a sus anchas, y meterse en mi habitación siempre que le da la gana? Ahora le voy a dejar las cosas bien claras.
--No es mi novia – le informo --. Sólo es una lunática.
Cruzo la puerta como un vendaval y la veo ahí, tan apacible, pasando un dedo sobre los lomos de mis libros.
--Pero ¿Quién te crees que eres para entrar en mi habitación sin mi permiso?
--La primera en la línea de sucesión de Meric.
Coge "Siglo XXI" de mi estantería y se tiende en mi cama para ojear sus páginas. Al menos se quita los zapatos antes de meterse dentro.
--¡Sal de mi cama ahora mismo!
--Jamás creí que fuese a escuchar eso de un hombre.
Me sitúo a los pies de la cama y me pongo a tirar de sus piernas para sacarla de ella. Anya arroja el libro a un lado y se agarra a las sábanas con todas sus fuerzas.
--¡No pienso moverme de aquí, imbécil! – chilla.
--Eres una lunática – gruño tirando con más fuerza.
En un momento Anya se suelta y los dos caemos hacia atrás. Acabo con la loca encima de mí y un gran dolor de cabeza. Antes de que se escape, giro sobre mí y me pongo en lo alto suya, bloqueándola con mi cuerpo. Con una mano que me queda libre alcanzo una camiseta que tenía tirada en el suelo de la habitación y la uso para atarle las muñecas a la pata de la cama.
--Ahora te vas a quedar aquí – digo resollando por el esfuerzo.
--Eso era lo que pretendía desde el principio – responde ella airada.
--¡Cállate! – grito frustrado porque tenga razón y haya conseguido salirse con la suya.
Mi enfado parece divertirle, ya que comienza a reírse entre dientes mientras me mira.
--¿Es que quieres acabar castigada en el infierno? – rujo.
--No – contesta todavía riendo --, mi objetivo era desquiciarte y acabo de conseguirlo. Además, no sé qué es aquello a lo que llamáis infierno.
--Si sigues así – susurro pegado en su cara para intimidarla – pronto lo descubrirás, te lo aseguro.
Debería mandarla a ese húmedo agujero ahora mismo. Pero por mucho que la odie intentaré dejar eso como último recurso. No enviaría a ese cubículo oscuro que es tan pequeño que sólo puedes estar de pie, ni a mi peor enemigo (que curiosamente es ella ahora mismo). No ha pasado ni un día y ya me parece que llevo con esta lunática siglos... Seguiré el consejo de Maya e intentaré no ser tan borde, pero es que es verla y ponerme de mal humor.
--Quedan diez minutos para las clases, más te vale comportarte en combate cuerpo a cuerpo por...
--¿Cuándo salimos fuera? – pregunta interrumpiéndome.
--Mañana, es un día lección teórica y al día siguiente práctica.
Resopla decepcionada. ¡Ni que fuese a morirse por pasar un par de horas dentro de un edificio!
--Como te iba diciendo, el combate lo imparte Tania, una instructora muy dura que castiga hasta la más mínima infracción.
--Yo sé comportarme en clase – dice con pesadez.
--Pues demuéstralo, lunática.
--¿A partir de ahora me vas a llamar así?
--¿Tú me vas a llamar imbécil?
--Es muy posible.
--Pues lo mismo digo.
Forcejea con sus improvisadas esposas intentando soltarse, pero no lo consigue. He hecho un nudo que quizá sea demasiado fuerte, pero al menos tendré controlada a la princesa un rato.
--No pienso soltarte hasta que empiecen las clases. Y esta tarde a las ocho más te vale estar aquí – le advierto.
--Pues vale.
![](https://img.wattpad.com/cover/249556622-288-k642839.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los Colores de La Corona
Teen FictionUna Princesa Rebelde Un instructor duro y terco Un reino dividido en colores Un grupo rebelde haciendo que todo corra peligro ¿Habrá lugar para el amor en todo esto?