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Heather.

-¡Apesta! -Dice Selkis mientras jugaba con un escorpión en su mano derecha- ¿Cómo le harás para las clases?

Tomo aire tan profundamente hasta que sus pulmones dolieron, expulso el aire contenido y se desplomo en el suelo de la recamara, el techo de la habitación de Selkis era un poco espeluznante, la imagen de un enorme escorpión negro con toques dorados surcaba todo lo ancho hasta los bordes donde el aguijón y las tenazas goteaban sangre que caía entre una copa dorada. No entendía el significado de aquella imagen, pero sabía que aquel animal representaba la esencia de su amiga. Selkis era la hija de su tío Paris y Tabatha, ahora estaban separados por motivos que solo ellos dos conocían, aunque se notaba que seguían sintiendo algo el uno por el otro.

-No lo sé... -Suspiro fuertemente- seré el hazme reír de todos...

-Bueno, yo les cerrare la boca con puñetazo. -Su prima parecía emocionada con la idea de golpear a las demás chicas- Mi madre dice que si alguien me molesta solo le silencie la boca con un puñetazo y asi dejaran de molestar.

Las dos sonrieron, se imagino a la diosa del vino dándole concejos a su propia hija. A diferencia de su madre, le diría que lo ignorase, mas vele una mente firme que una mente irracional.

-Me parece bien, Chupil necesita comer más dientes.

Chupil era el perro infernal que había rescatado después de que su madre había sido cazada por unos dioses menores.

-Oh yo tengo una bolsa llena para él.

Frunció el ceño ¿a cuantos les había tirado los dientes?

-¿A quiénes les has arrancado los dientes, Selkis? -Se giro para verla, estaba jugando con el escorpión entre sus dedos-¿o has excavado en el cementerio?

Su prima fruncia el ceño y la volteaba ver como si estuviera ofendida, ella enarco una ceja esperando su respuesta.

-Para tu informacion no ando golpeando a todo aquel que se me cruza, y si, los dientes los tome de los cadáveres en el cementerio, había cuerpos recientes por lo que son bueno para usar en la magia.

-¡Es una falta de respeto a los difuntos!

-¡Solo son cuerpos! -Replicaba su prima- ¿o prefieres que se los quite a los vivos?

-¡No!

-Asi que no hay nada de malo, los difuntos no los usaran.

-Iuch... -hizo una mueca de asco. Le golpeo ligeramente y empezaron a reírse.

-Por cierto, vi al hijo del Alpha de los lobos, estaba con su novia y unos amigos.

¿Qué hacía Andrew a altas horas de la noche en el cementerio?

-¿Asi? ¿con su novia?

-Si, parecían que estaban jugando al valiente, me hubiese gusto jugarles una broma.

-Oh... parece ser que va enserio con Kendall... -Susurro mordiéndose el labio inferior, ¿Por qué le dolía? ¿Por qué le importaba? Sentía cosas por Andrew, él le hacia sentir emociones que nadie más le provocaba- ¿les hiciste bromas? -Miro a su prima.

Selkis negaba moviendo la cabeza de un lado a otro, su cabello rojizo al igual que el de su madre, se movía tapándole la cara mientras negaba, su larga melena se esparcía por el suelo, le llegaba hasta por debajo de la cadera, era hermosa y aun mas con aquellos ojos dorados como el de un reptil.

-No, estaba ayudando a Mithair recogiendo uno tótems, además no puedo darme el lujo de ser castigada, salgo al mundo humano bajo condiciones. Ya sabes que ningún dios primario puede ir al mundo humano.

4°La Compañera del Alpha.Where stories live. Discover now