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—Anda ya llegamos

—Te quiero Jacob —dijo con una sonrisa mientras rápidamente bajaba del avión, intentando hacerlo antes que todos—

El de cabellos negros sólo suspiro ante aquello, aún no acababa de comprender completamente a John le resultaba realmente extraña la actitud que llegaba a tener, sin más bajo tranquilamente pensando en aquel hombre...

Ya estaba con las maletas en mano, le costaba un poco llevar todas pero aún así lo logró, el de las rastas al verlo sólo fue directo a él para ayudarlo, tanta era su emoción de haber llegado que olvidó por completo todo de golpe.

—Ay perdona —dijo con una sonrisa mientras tomaba dos de las maletas. — Me emocione mucho

—Fue bastante notorio

—¿Ya estas enojado otra vez?

—Por supuesto que no

—Pero por dios, ¿nunca puedes sonreír? Siempre estás tan serio

Jacob se quedó en silencio y simplemente siguió caminando con completa tranquilidad, ignorando dicha pregunta, John sólo frunció el ceño, pero simplemente lo siguió, ya conocía bastante bien al otro como para saber que nunca le respondería aquello, pero vivía con la esperanza de que en algún punto lo llegara hacer, realmente esperaba que algún día se abriera y le contará todo, porque simplemente Jacob era una persona muy importante en su vida.

Después de un buen rato habían llegado al hotel, un taxi era el cual los había dejado en dicho lugar. Entraron a la recepción y era bastante acogedora con las paredes de color amarillo con algunas franjas de color blanco, algunas plantas le hacían compañía a la recepcionista que tenía una sonrisa y atendió rápidamente a los dos sujetos que acababan de llegar. Sólo entrar a la habitación Walker se lanzó a la cama quedando boca abajo, las maletas habían quedado en la entrada, cosa que irritó de nuevo al de cabellos negros que como pudo cerró la puerta y acomodos las maletas.

—Perdona, perdona —decía mientras le daba una pequeña sonrisa apenada—

—Ya no importa

—Deberías sonreír más, que estamos de vacaciones.

Le resultaba una persona sumamente curiosa John, porque cuando se trataba de la mafia o del empleo era una persona bastante seria e intimidante, pero cuando no se trataba de esos asuntos era alguien quien siempre estaba sonriendo, lanzado bromas y demás. Acomodo las maletas para después irse a sentar en su cama.

—¿Y qué haremos hoy? —cuestionó el pelinegro mientras observaba a su compañero—

Miedo. Grincob Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt