Capítulo 48

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Keigo me dio un vuelo en un Jet privado, él iba conmigo.

Ambos estábamos frente a frente. Me dijo que no iba a tener problemas con su agencia o jefes. Me daba gusto ir acompañada.

Pensaba las distintas posibilidades que habrían en mi cuidad al llegar. Por lo que tengo entendido, no solo mi ciudad fue afectada, también otras a sus alrededores.

También recordaba a mis amigos, era difícil no llorar.


[ ... ]


Al llegar a un "aeropuerto" del cual no tenía idea que existía, Keigo me ayudó con algunas maletas.

Un auto nos estaba esperando. Ambos subimos y este arrancó.

—¿Tenías todo listo?

—Algo así, te dije que no debías preocuparte.

—No sé como voy a pagarte esto -dije viéndolo, de nuevo estaba llorando-.

—Por ahora no lo harás. Es casi un día de vuelo las cosas se han calmado e iremos a un lugar para descansar y buscar más a fondo a tu familia, ¿Bien? Creo que ahora todo acá está casi destruido, así que los héroes están en dos o tres hospitales distintos y los civiles en los otros que existen.

—No tengo problema, gracias Keigo.

El camino estuvo en silencio, a excepción de algunas llamadas que Keigo hacia.

Después de al menos una hora de camino, llegamos a una de las ciudades que habían alrededor. Keigo y yo bajamos del auto y después nos dirigimos a un edificio que había. Ambos entramos y yo solo lo seguía. Tomamos un elevador y entramos.

—No te preocupes de tus maletas -dijo Keigo mirándome-.

—¿Dónde estamos?

—No debo de decirte.

—Ambos estamos acá y ahora soy parte de esto... De alguna manera ¿No?

—Este es un lugar en donde hay conexiones internacionales... Endeavor-san no quiso ser parte de esto por lo que implica, pero, ahora que tú estás aquí, creo que podrías quedarte como la héroe que estará a cargo de tu ciudad, no... De tu país y tendrás conexión principalmente con Japón.

—¿Qué pasa sino quiero?

—Te obligarán.

—¿Qué? -lo miré-. ¿De que hablas?

—Tú y yo estaremos conectados gracias a esto... Sé que no es justo pero al menos te pude ayudar.

—Una favor a cambio de otro... No creo hacerlo -dije y él me observó - Aizawa me dijo que no me darían la credencial ni los papeles que acrediten mis estudios, por lo tanto no seré un héroe.

El elevador se abrió y ambos salimos, Keigo iba adelante.

Ambos quedamos frente a una puerta, no tenía nombre y tampoco si había algún héroe o si era el mismo presidente quien se encontraba dentro.

Entramos y habían al menos unos ocho hombres de traje. Todos ellos en una mesa. Era casi una sala de juntas.

—Buen día -dijo Keigo saludando, ambos hicimos una reverencia-.

La silla que estaba al frente de todos, se volteó y dejó ver a un hombre no muy mayor, se puso de pie e hizo lo mismo.

—¿Qué te trae por aquí Keigo? Hace mucho que no vienes... Me sorprendió ver una llamada tuya.

Si algún día estamos juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora