Veinte

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Singto y su omega desayunaban tranquilamente entre besos y abrazos en la mesa de la cocina, luego de haber intentado por varias veces que el omega se levantase de la cama.

El sonido del timbre de la puerta les sacó de su particular burbuja y juntos fueron a ver quien podía ser a esas horas de la mañana.

...—¿Tay?— habló el moreno alfa mirando con extrañeza a este y después al alfa tras él.

—Hola, emm...¿Gun se encuentra aquí?.

Singto ligeramente nervioso negó, ante la sorpresiva mirada su omega que no pasó desapercibida para los visitantes.

—Por favor, quiero hablar con él, ¿Podrías llamarle?—habló nuevamente el beta sin creerle.

Este suspiró y luego soltó un pequeño gruñido.

—Gun no quiere ver a nadie...él está mal... a saber que le habéis hecho en esa casa.

Off entonces dio un paso adelante y levantó su mano a modo de saludo.

—Buenos días, soy Off Jumpol...de verdad quisiéramos ver a Gun, por favor ayúdanos.

Finalmente el moreno asintió y los dejó pasar indicándoles el salón.

—Iré por él pero no les prometo nada.

Ambos asintieron conformes y se sentaron a esperar.

Singto subió las escaleras y tras unos toques entró en la habitación de su amigo.

—Gun...Gun—lo llamó.

—Perdona pero ya te dije que no quiero levantarme y no tengo hambre, solo quiero morirme.

El alfa le destapó bruscamente.

—¡Hey!.

—Arriba..tu novio y tu jefe están abajo.

—¿Qué?, ¿Por qué le has dicho que estoy aquí?, ¡Maldita sea!, ¿Por qué los has dejado entrar?.

El alfa se sentó en la cama y lo miró fijamente.

—Porque te quiero, Gun y porque quiero que soluciones tus problemas... no que huyas de ellos, ¿Ok?...tranquilo yo estaré a tu lado.

—No puedo, es muy vergonzoso.

El alfa sonrió.

—Anda, levantate...aquí no arreglarás nada y ellos necesitan una explicación.

—Está bien, iré...dame un minuto.

Singto asintió, salió de la habitación y volvió al salón con los demás.

—Bajará enseguida.

Tay asintió aliviado, en cambio Off sintió nerviosismo por lo que pasaría a continuación, ya que todo saldría a la luz y ya no tendría remedio.

Cuando el pequeño omega apareció, su amigo y el omega de este se fueron para dejarles hablar en privado.

—Gun—habló entonces e beta acercándose—...¿Qué pasó?, ¿Por qué te fuiste sin despedirse?, ¿Acaso fue por mi?, ¿Hice algo malo?.

El omega negó sintiéndose desfallecer, ante la atenta mirada del alfa, la cual lo atravesaba hasta dejarle sin aliento.

—¿Por qué habéis venido hasta aquí?—dijo finalmente caminando hasta el sofá—...no voy a regresar y no vais a convencerme...debéis iros ya.

Tay lo miró con el ceño fruncido pues no entendía la actitud fría del omega.

—¿Por qué estás a sí, Gun?...tú eres dulce y amable, ¿A qué viene tratarnos de esta manera?.

El omega estaba tratando de no flaquear pues quería tirarse a los brazos del alfa, ya que su oscura y penetrante mirada lo estaba volviendo totalmente loco.

—Ese Gun que tú conociste ya no está...olvidate de mi, Tay...lo siento pero yo no puedo corresponderte.

El beta lo miró aún más extrañado.

—¿Por qué me dices esto?...Tú  aceptaste ser mi novio...no lo entiendo, ayer todo fue perfecto entre nosotros.

El más bajo se levantó con molestia y caminó hacia la puerta.

—No puedo decirte nada, tan solo piensa que no nos conocimos, que nada pasó.

El beta y el alfa se levantaron también pero el moreno ya molesto por no escuchar más que negativas, se acercó a Gun y lo sujetó fuertemente de los hombros, a lo cual este soltó un quejido.

—¿Qué tienes ahí?, ¿Qué es eso?.

—Na-Nada.

Off quiso detener a su jardinero pero este fue más rápido y descubrió el hombro del adolorido omega.

—¿E-Eso es lo que creo qué es?—preguntó el beta separándose de inmediato—…¿eso es una marca de alfa?.

El omega se volvió a tapar y asintió apenado.

—Lo siento, Tay, yo no quería que te enteraras... prefería que me recordaras como ayer en la playa.

—¿Tienes un alfa?, ¿Me has engañado?—este estaba muy dolido—...¿Por eso huiste?, porque ya no podías ocultarme tu traición.

—L-Lo s-siento, y-yo...

El beta no quiso escucharlo más, tan solo caminó hasta la puerta y la abrió.

—Adiós, que seas muy dichoso... Señor, lo espero en la camioneta.

Tras irse este, Gun rompió a llorar y entonces el alfa se acercó para intentar consolarlo pero el omega se apartó.

—Váyase...vuelva con tu familia y nunca regrese aquí.

—¿Por qué no has dicho que yo t...

El omega soltó un chillido interrumpiendo lo que el alfa iba a decir.

—¡Váyase!

—¿Por qué haces esto?, ahora ya no podrás estar lejos de mí...esa marca te hace mío y yo tuyo.

El pequeño omega rió con sarcasmo y lo miró con molestia.

—¿Mío?, ¿Tuyo?...¿Por quién me toma?...yo no soy nada suyo...y mucho menos voy a quitarle nada a su mujer y a sus hijos... usted les pertenece para siempre, yo solo he sido un error.

El alfa negó fervientemente mientras se acercaba.

—No, tú no eres un error...tú eres a quien amo.

El omega volvió a reír.

—¿Acaso va ha dejar a su santa esposa por mi?, ¿Va a abandonar a sus preciosos hijos?, ¿su mansión?, ¿su cómoda vida?... ¿Lo dejará todo por mi?.

Off suspiró cabizbajo.

—No tiene porqué ser así, podemos buscar una solución.

—No, yo no voy a ser su amante... yo no voy a esperarle con los brazos abiertos en mi habitación, cada vez que termine de follarse a su mujer y luego venga a hacerlo conmigo...Yo no quería esto...no lo busqué pero acepto mi culpa y por eso no te delaté...les prometí a sus hijos que yo no les quitaría a su padre y eso estoy haciendo.

—Pero Gun...

—Váyase...vuelva con su familia...esto finalmente sanará y yo seguiré con mi vida...no te preocupe, jamás diré nada.

El alfa caminó cabizbajo hasta la puerta, sabía que Gun tenía razón y sabía que él era un maldito cobarde.

—Gun....

—Adiós, Off.

Tras salirse este, el omega cerró la puerta bruscamente y acto seguido corrió escaleras arriba, entró en su habitación y se tiró llorando en la cama.

—E-Es lo mejor...si, esto es lo me-mejor para todos.

...............

Espero que estéis preparados para lo que se viene....

Gracias por vuestro apoyo.

4. Aroma de canela -Offgun -Omegaverse TerminadaWhere stories live. Discover now