•La Cena• Parte Tres•

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Capítulo Anterior:

__Cómo dije cuándo llegamos quería relajarme. Así que me di un baño y me tiré un rato a la cama, pero cómo ves ya estaba por salir querida cuñada— soné lo más agradable posible. Me puse un poco de perfume, labial, los tacones y listo— Bueno vamos con Rocío a terminar la cena que muero de hambre. ¿Te parece?

__Si, Si vamos que yo también muero de hambre.

Dicho eso salimos de mi habitación directo a la cocina.
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Continuamos:

Llegamos a la cocina y cómo quién no sabe nada.

__¿Dónde está mi hermano?—deje mientras me puse a preparar la mesa—.

__Dijo que estaría en el balcón haciendo unas llamadas y que no le interrumpiéramos— contestó una ilusa Viviana—.

__Ah vaya! De seguro programando unas cuantas entrevistas que tenemos.—dije tan naturalmente. Era una descarada total y eso me gusta. Reí a mis adentros—.

__Bueno Mamá sólo falta que la carne esté y listo.

__¡Que bueno! Porque realmente muero de hambre.-le dije mientras me apoyaba en la mesa con una copa de vino tinto.

__Yo también muero de hambre-dijo Joaquín haciendo entrada al comedor.—

__Claro hermanito me imagino que esas llamadas te dejaron hambriento—sólo atinó a mirarme serio—.

Nadie más dijo nada. Esperamos algunos minutos más y la carne ya estaba lista. Todos pasamos a la mesa. Yo estaba estaba sentada en el costado a mi derecha estaba Joaquín y por ende a su lado su mujer. Rocío estaba a mi izquierda. Que patético era todo esto. Ya quería dar por concluida esta cena y que cada quién se fuera para su casa.

Rocío sirvió la comida. Comimos en silencio y luego entre ellos tres comenzaron a conversar de todo un poco. Yo me mantenía en silencio mientras observaba cómo Viviana a cada tanto le daba caricias a Joaquín. Mi sangre de apoco comenzaba a hervir. En mí rostro claramente se notaba las señales de molestia que me estaba cargando y el muy estúpido de mí "hermanito" le sonreía y aceptaba todo de parte de ella. Mi incomodidad se estaba haciendo notable. Al menos eso creo yo. Y así fue porque no pasaron ni cinco minutos de estos pensamientos míos cuándo mi hija me dirige algunas palabras.

__Mamá ¿estás bien?— dice tan tierna mi hija y veo cómo Viviana y Joaquín tornan su mirada hacia mí.—

__Estoy algo cansada Rocío. Es solo eso.—si claro! Ni yo misma me comía ese cuento.—

__Bueno! Oye Ma y mi regalo. Nos compraron algo ustedes en el viaje ¿verdad?.—esto era enserio. Lo que me faltaba—

En buen momento Rocío sacaba esta pregunta, pero que le pasa a esta niña. Yo queriendo dar por concluida a esta cena y ella sale preguntando por los putos regalos.

__Ay si Joaquín yo quiero abrir mi regalo aquí. Anda y ve por el, si!.—y que sale esta imprudente de mi cuñada hablando.— ¿Porque me compraste algo verdad Amor?.

El semblante de Joaquín cambió de repente. Y yo seguía con mi cara de pocos amigos observando todo.

__Ehh si Viviana te compré a ti y a Francisco. Porque mejor no te esperas a que lleguemos a casa y además los regalos están abajo en la camioneta.— dice el pelotudo este.

Un momento! Cuándo fue Joaquín por el regalo de Viviana que yo no me di cuenta. La sangre seguía hirviendo cada vez más. Y cómo yo si quería saber que carajos le compró a su mujer pues salí con un comentario.

Si Ella Supiera Where stories live. Discover now