𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 1

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Quitó la navaja del abdomen y retrocedió unos pasos, jadeando por todo el esfuerzo que tuvo que realizar para acabar con aquel sujeto.

Observó el cuerpo inerte, divisando los 20 navajazos que poseía en la zona torácica y una cortada despiadada; que cruzaba toda la cara, desde la esquina de los labios hasta la esquina de la cabeza. Era una línea perfecta, incluso formó una sonrisa de satisfacción, todo siempre lo hacía perfecto.

Limpió la sangre por la ropa que llevaba puesta, no le gustaba para nada que su herramienta favorita quede sucia con sangre por mucho tiempo. Realmente se trataba de un chico muy quisquilloso con las pocas cosas que apreciaba y la principal era ese simple utensilio: la navaja.

Se deshizo del sudor en la frente con el antebrazo izquierdo y soltó un suspiro mirando hacia la nada.
Estaban en un lugar muy dejado, vacío, no había más que hierbas altas, una especie de pastizal muy remonto de la ciudad.

Colocó la navaja dentro de la cinta a la altura del tobillo, especialmente diseñada para guardarla, y caminó tranquilamente en medio de aquellos herbales hasta dar con la orilla de una saliente de agua. Ahí se limpió serenamente, ya que entendía, por actos de otros asesinos que el nerviosismo jugaba una mala pasada en ese tipo de situaciones.

Como si estuviese quitándose un simple barro de arena, sonreía dulcemente mientras la sangre escurría por la saliente, tarareando una canción que le gustaba mucho.

Evil evil 마치 크리미널 in my mind
Evil evil 마치 터미네이터 온 듯한
Evil 이 밤을 견딜 수가 있을까
Evil evil 너무 잔인한 이 꿈을 놔

El mal, el mal, como un criminal en mi mente
El mal, el mal, como si el Terminator viniera
El mal, ¿seré capaz de soportar esta noche?
El mal, el mal, un sueño que es demasiado cruel nace.

Se cambió de ropa a una particularmente cómoda, tomó la ropa que utilizó en la riña con aquel sujeto y echó suficiente alcohol puro sobre él, con una sola cerilla, logró que prenda el fuego y se quedó a unos pasos alejado, aguardando a que termine de quemarse por completo mientras limpiaba la navaja de cualquier rastro, nuevamente estaba pulcra para utilizar.
Miró su reflejo a través de ella y sonrió ladino y la ocultó bajo el pantalón que llevaba puesto.

Se colocó los lentes, cargó con la mochila que había preparado y miró hacia lo que solamente eran cenizas de lo que había vestido antesㅡ no sé por qué sigo haciendo esto si no me encontrarán de todas maneras ㅡ rió suave, burlesco por reconocer la inoperancia de los investigadores.

Para KiHyun, todos eran unos completos inútiles, muchas veces, a modo de prueba había dejado ciertos rastros y terminaban apresando a otra persona absolutamente distinta al perfil que podrían haber sospechado.
Eran tan absurdos para él, completamente manipulables y con una destreza mental que no le alcanzaban en lo más mínimo.
¿Bobos? Esa palabra no les describía en lo más mínimo para lo absolutamente estúpidos que resultaban para él.

Negó ligeramente con la cabeza mientras se perdía nuevamente entre ese pastizal, dirigiéndose hacia la ciudad.

                                [...]

Salió en una zona no muy transcurrida y miró a los lados esperando que nadie esté caminando por ahí mientras se salía del lugar, era todavía un área poco civilizada, no debía cuidar de las cámaras.

Caminó a pasos tranquilos luego de cerciorarse que nadie estuviese cerca.
Sonrió internamente al adentrarse como si nada, en medio de la ciudad, era, nuevamente uno más del par, el mejor disfraz para un asesino serial.

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora