𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 3

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Kihyun tomó asiento en el escritorio de su casa, estaba ligeramente asustado, sorprendido por lo que acababa de pasar.

ㅡ Eres un chico muy listo, según el jefe de administración, pero nunca me comentó que también eres bastante lindo ㅡ sonrió dulcemente.

El corazón volvió a latirle fuertemente y llevó la mano a altura del mismo, sintiendo nuevamente aquel rubor que empezaba a resultar tan molestoso.

ㅡ ¿Qué demonios está pasando conmigo? ㅡ murmuró sintiéndose sofocado por ese algo nuevo que no podía descifrar.
Se quitó los lentes, sintiendo la mente enredada.
Corrió rápidamente para ir a acabar en la ducha, buscando escapar de aquello que se volvía agobiante.

                         𖢇    ↜↝  𖢇

Ya era lunes, día de retomar la rutina laboral. Se encontraba camino al trabajo cuando vio a lo lejos una silueta parecida al director, por alguna razón quedó quieto en su lugar, tomándose de la tira de la mochila que le cruzaba el pecho.
Estaba completamente absorto, como ido y nuevamente recordaba esa noche que habían pasado en la cafetería.
El corazón comenzó a latir.

*tum* *tum* *tum*

Experimentaba cierto cosquilleo mientras veía pasar al sujeto.

Se sintió completamente tonto cuando notó que no era él, sino alguien parecido y claro, era obvio que no sería él, el señor Son Hyunwoo no estaría caminando por esas calles y mucho menos con esa ropa tan informal.

Bajó la mirada, asombrado de estar actuando de esa manera, como un completo idiota.

❝¿Qué carajos me está sucediendo?
¿Qué son estas sensaciones tan fuertes que soy incapaz de controlar? ¿Por qué siento que quedo  en las nubes cuando se trata del señor Son? ❞

Tragó duro saliva y negó ligeramente con la cabeza para despejar la mente y continuar con su camino en dirección al edificio.

                                  [...]

Soltó un suspiro al entrar al ascensor y se recostó en una esquina, apoyando la cabeza por la pared, mientras miraba al techo y veía su reflejo.

❝¿Qué está pasando contigo KiHyun?❞

Posturó la cabeza al escuchó que la puerta del ascensor se abrió y salió de allí para dirigirse a la oficina que le correspondía, realizando el saludo pertinente de todas las mañanas, recibiendo respuestas y en otras no, pero eso ya no le importaba.

Cuando entró a la oficina, se llevó una gran sorpresa al ver al director hablando con el jefe administrativo. No sabía qué hacer, pero quería correr de ahí, tal vez se había metido en problemas por quedarse hasta muy tarde el viernes pasado y era ahora que iban a discutir de eso.
Dio un paso hacia atrás y en ese preciso momento, el director volteó hacia la entrada, notandolo.

Tragó saliva y quedó ahí, gélido, mirándolo.

Tuvo la primera reacción en esos segundos que se sintieron eternos e hizo una leve inclinación hacia los dos, ambos, de todos modos eran sus superiores.

Jamás estuvo en una circunstancia semejante en sus cinco años trabajando allí y estaba ciertamente asustado.

ㅡ ¡Buen día joven Yoo!
Adelante, pasa, justamente estábamos hablando de ti ㅡ invitó a pasar con un gesto manual, el jefe administrativo Park.

❝ ¿Hablando de mí? ❞

Lo primero que pensó mientras avanzaba con cierta temerosidad.

Se colocó algo cerca del señor Son. Incluso estando a cierta distancia, podía percibir ese delicioso aroma de un evidente perfume costoso.
Un cosquilleo le recorrió por completo y formó una pequeña sonrisa a consecuencia de eso, borrandola al darse cuenta que lo estaba haciendo.

❝ No puede ser... ❞

ㅡ Buen día, joven. Estábamos charlando sobre la situación del viernes ㅡ introdujo el dueño, con una seriedad que asustaba.

Esto puso más nervioso al menor.

❝ Viernes... ❞

El aire ya le estaba faltando.

ㅡ Hemos decidido que serás el ayudante del señor Son, él necesita tener a alguien cerca que sea veloz con los números ㅡ comentó finalmente con una sonrisa el jefe Parkㅡ eres un empleado que se esfuerza y dedica mucho en esto.
El señor Son, me estaba comentando que le encantaría trabajar con una persona así, más de cerca ㅡ.

Se le revolvió el estómago al oír eso, fue un giro completamente inesperado y creía fielmente que palideció porque perdió noción  por un minuto.

Empuñó las manos por la tira de la mochila y alzó ambas cejasㅡ ¿Perdón?
Eso quiere decir que...
¿Ya no trabajaré aquí? ㅡcuestionó en tono aterciopelado, percibiendo a duras penas el alivio, porque el susto lo tenía con la adrenalina fluyendo en sí.

ㅡ No, ahora irás a su oficina.
Tendrás ahí tu propio escritorio, tu espacio y podrás hablar con él sobre los temas que sean necesarios hablar.
Eres muy bueno, KiHyun, por eso he hablado tan bien de ti y el señor Son, ha tenido la oportunidad de conocerte también por lo que me comentó.
Supongo que no te negarás a una propuesta de esta magnitud ¿no? ㅡ miró al menor que se notaba algo perdido todavía, a pesar de la explicación. Estaba asombrado, porque a ese pequeño de veinticinco años nada lo descoloca ni superaba.

Estaba en blanco, como si hubiese sido noqueado.

❝¿sigo vivo? ¿Estoy respirando todavía?
¡¿Trabajaré con el mismo dueño de la empresa?! ¡¿En su propia oficina?!❞

Un grito interno se hizo presente y volteó a ver al moreno, regalándole una leve inclinaciónㅡ Agradezco que me haya considerado...
Es un honor y espero ser de utilidad para usted y no decepcionarlo ㅡ.

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora