☄ᴅɪᴇᴢ☄

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Normalmente las personas cuando están enojadas suelen armar escándalos, imponer cosas injustificadamente y no pueden controlar la rabia que llevan en su interior.

Pero ese no era el caso de Valentín, que ya estaba acostumbrado a llevar todo el peso sobre sus hombros sin rechistar. Por eso mismo sólo respondió con un "Está bien señor director, yo me encargo de todo" y prefirió cerrar la boca.

Si el CEO del instituto creía que un campamento ene el medio del bosque podría unir a sus alumnos estaba muy equivocado. Es decir, estarían en el medio del bosque, lo que quiere decir que habrían mosquitos, haría mucho calor y no tendrían un poco de internet. Pero era la decisión del director así que más valía callarse.

Él tuvo que encargarse de armar los grupos en los salones y requerir los permisos para partir en 2 días. El viaje duraría una semana y los chicos tendrían poco tiempo para prepararse. No quiso admitir, pero le alegró saber que los cursos menores no irían. Y es que él no quería hacer de niñero pero tampoco quería dejar a esos niños a su suerte, así que lo mejor fue que vayan para ahorrar problemas. De ese modo si alguien se metía en problemas, tenía la certeza de que no estaba bajo su responsabilidad.

Tendría que armar un grupo grande e igual de 2, solo habían dos camiones y en el campamento el lugar se dividiría. Tenía entendido que las cabañas eran pequeñas, por lo tanto éstas serían compartidas de a tres.

Estaba armando la lista de grupos cuando captó a el rizado que últimamente se le hacía muy usual ver. Valentín normalmente rodaría los ojos e ignoraría e pequeño dolor de su corazón causado por las hirientes palabras que ese idiota le había dicho, pero se le quedó mirando, viendo como hablaba muy pegado a Mateo y le susurraba cosas al oído.

Entonces decidió poner a Daniel en su grupo y a Mateo en otro.

Porque le daba náuseas verlo tan cerca de esa zorra.

Claro que jamás admitiría eso en voz alta, Solo se limitaría a hacerse creer que era para evitar conflictos y para también evitar que los demás alumnos escuchen los gemidos altos de Mateo como él lo había hecho.

Solo se encargaría de quedar muy lejos de Daniel. Después de saber lo que éste creía de él, se sentía muy dolido y ofendido.

Él no era un mal chico, quizá solo era muy mandón y en la mayoría de casos insoportable. Pero nunca había hecho algo como meterse con algún profesor u ofrecer su cuerpo para obtener algún lugar de ese instituto. De hecho se cuidaba extremadamente de los chicos como Dani, porque por alguna razón, siempre solían ir detrás de él y de su culo. Exactamente como Ignacio, todos lo tomaban como un chiste pero realmente ese chico era una gran molestia; en una ocasión habían tenido una cita, pero el castaño después de eso lo ignoró completamente. Matías había intentado llegar a todo esa noche y le ofendió que creyese que él se entregaba tan fácilmente.

En fin. Todos los chicos así eran unos idiotas; o al menos eso pensaba Valen.

[...]

Ese día Daniel llegó a su casa con cara de perro rabioso. ¿Un campamento? Una jodida mieda. Si ni siquiera soportaba dormir en una cama que no fuese la suya, menos dormirá en una que posiblemente le haría doler la espalda y estaría sucia. Si no soportaba que su madre entre a su habitación y vea sus cosas, menos soportaría compartir habitación con un desconocido.

Su mamá al verlo tan enojado y al escuchar tremendo portazo que éste dio, se preguntó qué es lo que le pasaba. Si bien Daniel solía enojarse fácilmente, la razón era importante.

Y como sabía que su hijo no le diría nada, decidió averiguar. Siempre su hijo solía meterse en problemas en el instituto y ella era la última en enterarse. Pero esta vez sería más astuta.

Tenía agendado el número de Valentín y estaba al tanto de que estos eran compañeros, pensó que quizá hasta eran amigos cercanos ya que se habían visto varias veces.

Si, esa mujer era una completa ilusa.

Llamó a Valen y éste le contestó al instante. Se enteró de los planes que tenía el instituto y ahí entendió el problema de su adorado Danie. Entonces le pidió un favor a Valen.

- Cariño, ¿Tú puedes de alguna manera compartir habitación con Dani? Me da miedo que haga una locura, es posible de golpear a un compañero si éstos no lo dejan dormir. Pero estoy segura que contigo será diferente.

El sonido detrás del teléfono quedó en silencio, lo que significaba Valen lo estaba pensando seriamente.

-No creo que Daniel me arme un alboroto señora, él es un buen chico - contestó Valentín, desesperado por sentirse acorralado.

En cambio la señora Carmen lo tomó como un cumplido.

- ¡Eres el primer chico que dice eso de mi hijo, Valen! Eres adorable, me encantaría que Daniel deje de ser tan tímido e intente algo contigo - habló sin rodeos.

Del otro lado, Valentín escupió toda el agua de su boca y simuló toser. Evitó comentarios y fue al grano.

- Haré lo posible para que Daniel esté en mi habitación o cerca, se lo prometo, no se preocupe señora.

Un par de palabras más y la llamada se terminó.

Daniel ,quien había estado escuchado todo desde el teléfono de su habitación, evitó lanzar el mismo contra la pared o hacerlo trizas con sus manos.

No sólo tendría que aguantar ser un campesino por una semana, si no también tendría que aguantar al mocoso gruñón vigilando cada cosa que hacía.

Si anteriormente se había sentido un poco culpable por sus palabras al ojiazul, ahora ya no lo sentía más.

No toleraba a Valentín y se lo haría sabe de todas las formas posibles.

𝐏𝐚𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 (𝚠𝚘𝚜𝚊𝚗𝚒)Onde histórias criam vida. Descubra agora