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La puerta se abrió. Aizawa asomó su cabeza, su rostro cansado y medio dormido. Yaoyorozu levantó la cabeza de los deberes de inglés, del cual tenía las respuestas perfectas. Bakugou, por el otro lado, parecía tener dificultades con la pronunciación de una palabra y estaba escribiendo furiosamente en su propio cuaderno. Mina le copiaba las respuestas a Asui mientras el profesor Yamada no miraba. Kirishima seguía celebrando por haber tenido bien la respuesta del "to be" hace unos minutos. Midoriya parecía pensativo, mirando por la ventana. Vislumbró a lo lejos una pareja de pro-héroes pero no los pudo reconocer, por mucho que forzase la vista. Parecían enfadados, los dos gritando indignados.

-Yaoyorozu, Bakugou, a la oficina de Nezu conmigo. Ahora- Yamada les dio pulgares arriba con una sonrisa de pena.- Hizashi, tú también- el profesor gruñó pero salió de detrás de su escritorio.- Vlad se quedará con los alumnos mientras no estás- el de colmillos entró a la clase, con un libro en mano y unas gafas de leer. Ver a tal hombretón con ese look hizo que a Kirishima le brillaran los ojos. "¡Tan... masculino!".

-¡Eh, pasad el cuaderno de Yaomomo para adelante!- gritó Mina y Yaoyorozu la miró fijamente.- Ups, debería haber dicho eso cuando se fuera.

Yaoyorozu se llevó los apuntes a la oficina del director. Sin embargo, cuando cerraron la puerta se oyó gritar a Denki, "pasad los de Bakugou, entonces". El muchacho gruñó pero Aizawa lo paró cuando iba a dirigirse a la clase de nuevo.

-Nos vamos, Bakugou- Yaoyorozu y Bakugou siguieron a los profesores. El rubio estaba acribillando a su marido con preguntas, que apenas respondía. Yaoyorozu sonrió enternecida.

Aizawa llamó a la puerta. El directo Nezu estaba en su mesa de madera, echando té en ¿siete tazas? Yaoyorozu frunció el ceño.

-¿Por qué coño estamos aquí, hah?- preguntó Bakugou, Yaoyorozu se adelantó. Bakugou la fulminó con la mirada porque probablemente ella tenía algo super importante que decir. Estúpida Cola de Caballo.

-Director, ¿por qué hay siete tazas de té? Somos cinco- Nezu pareció sonreír, Bakugou y Yaoyorozu dieron un paso atrás. El director siempre era terrorífico a los ojos de los estudiantes.

Llamaron a la puerta, tres golpes fuertes y maleducados. Yaoyorozu saltó un poco en el sitio, mirando a Bakugou, que alzó una ceja.

-Y me llaman a mi maleducado, no te jode.

-Abre tú, Bakugou- pidió Nezu, riendo un poco mientras cogía su propia taza de porcelana. Todos los sentidos de Bakugou se alertaron y miraron de reojo a Yaoyorozu por si ella también lo estaba.

-¿No hay café?- preguntó Aizawa, tranquilo. Yamada negó con la cabeza ante su marido y le susurró un "bébete el té, Shota, no hagas una tontería".

-¡Profesor Aizawa, queremos ver a la rarita del pelo rosa!- exclamó una voz demasiado conocida y Bakugou se encontró cara a cara consigo mismo cuando abrió la puerta.- ¿Ah? Hola, niñato, apártate del camino, no eres importante ahora.

-¡Katsuki, no seas maleducado!- otra voz demasiado familiar irrumpió también y la muchacha de metro ochenta entró a la habitación detrás del hombre, riñendo a este con las manos en las caderas.- ¡Oh, un Katsuki pequeñito!- exclamó y Yaoyorozu menor dejó escapar un grito.

-Disculpen mi lenguaje pero, ¡¿qué diantres está pasando aquí?!- el Bakugou menor, con el rostro acunado por las manos de la Yaoyorozu mayor y siendo arrullado por esta, asintió.

-¡Lo que dijo Cola de Caballo!

Ahora Yaoyorozu y Bakugou (los jóvenes) observaron a sus contrapartes adultas. Empezaron con examinar a Bakugou mayor, de más o menos la misma altura que su compañera. Su pelo puntiagudo estaba rapado en la nuca y su rostro era más afilado. Por no mencionar los caninos agudos que sobresalían en su sonrisa. En cuanto al cuerpo, su traje de héroe parecía mucho más desarrollado y las manos (sin guanteletes) llenas de cicatrices en las palmas, quizá hechas por sus propias explosiones. Le sonrió a Yaoyorozu menor al ver que esta lo estaba mirando.

FUTURE  - BAKUMOMOWhere stories live. Discover now