4

4.2K 622 144
                                    

Felix fue levantado de su cama más temprano de lo que le hubiese gustado con un fuerte dolor de cabeza, propio de una noche de mucho baile y cerveza. El rubio príncipe nunca parecía tener conciencia de su entorno cuando despertaba, menos del tiempo, por lo que actuaba como si de cualquier otro día se tratase. 

—Por favor, solo cinco minutos más.

—Lo sentimos, su alteza, sabe que hoy no podemos hacer excepciones.

Hoy...

Aquella palabra retumbó en su mente, su subconsciente le intentaba avisar que debía poner atención, pero con su pesado dormir solo ignoraba todo lo que su cuerpo le indicaba que sería aquel día, sin embargo, se levantó. 

Se quejó mentalmente, todavía con los ojos cerrados, desde que lo comenzaron a preparar hasta que estuvo totalmente listo en sus prendas formales de príncipe, con una corona de oro acomodada en su frente. 

Le sonrió a las empleadas cuando terminaron y les pidió amablemente que dejaran la habitación. Se miró al espejo y suspiró, le gustaba verse bien pero hoy no lucía una sonrisa mientras se observaba. Felix se sentía mal pero había entrado en estado semi automático, todavía asociaba su dolor de cabeza y sus nauseas al alcohol. 

—Vaya, después de todo si eres un príncipe.

Changbin había entrado a la habitación, uniformado con los trajes que usaban los empleados para las ocasiones importantes, sorprendiendo al príncipe por lo que había dado un pequeño salto.

—Supongo que sí —respondió Felix, sin ánimos, todavía mirándose al espejo. Se dio vuelta para mirar a Changbin, sonriendo forzosamente —¿Necesitas algo?

—Venía a decirte que ya puedes bajar a comer, pero con esa sonrisa de mierda puedo notar claramente que tu feroz apetito no se hizo presente esta mañana —bromeó su amigo a la vez preocupado.

—Lo siento, no creo que nunca más vuelva a tener hambre.

—Eres un exagerado, Lix. Sé que apenas veas a Seungmin correrás a él para que te prepare uno de sus pasteles.

—No metas a los pasteles de Seungmin en esto —dijo Felix, mientras lo apuntaba. Ambos se sonrieron, esta vez sincera y amablemente.

—Ya verás que te sentirás mejor si comes algo.

El príncipe suspiró y asintió, aceptando.

—Bajo enseguida —le dijo el rubio y antes de que Changbin saliera de la habitación, volvió a llamarlo—¿Sabes si Jisung ya está despierto?

—¿Jisung? Creo que lo vi salir hace un par de horas —le respondió el castaño apoyado en el umbral de la puerta.

—¿Salir? ¿Adónde? —el príncipe sabía muy bien que su amigo, al igual que él, no era de los que aprovecharan una mañana a menos que fuera por obligación.  Changbin se encogió de hombros—Tal vez fue a recibir a su familia, aunque suene extraño decirlo.

—Supongo que es una opción. Le avisaré que lo buscas si lo veo, por ahora baja y come.

El castaño lo miró con las cejas levantadas y su típica mirada de "Sabes que debes hacerme caso" antes de abandonar la habitación. Felix se miró una vez más en el espejo e intentó esbozar su más sincera sonrisa antes de enfrentarse a la realidad y a todos los implicados en ella.

—¿Por qué le haces muecas al espejo, Lixie?

Felix se sobresaltó ante la voz de Chan.

—Debería mantener mi puerta cerrada —murmuró Felix.

La Douleur Exquise | 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿Where stories live. Discover now