Marley, un país donde había gente de Ymir en denigración, no era una vida bastante digna para poder vivir pero para un chico que empezaba a cargar ideales de que su raza ya no debería seguir viva y una chica que anhelaba vivir fuera de esos lugares...
Había pasado 3 años, la joven Wallet había llegado a mantener su hogar después del fallecimiento de sus padres, a su buena suerte estos le habían dejado un dinero como varias cosas se ocultaban en una caja que se encontraba en la cama de estos en una parte oculta de la base. Aunque no se iba a quedar con los brazos cruzados y depender de ello, anduvo buscando trabajos de medios tiempos porque no podía abandonar por completo el ejército.
En cuanto a su relación con Zeke se fue complicando en poder verlo ya que lo iban empezando a entrenar para una invasión a Paradis, añadiendo que ahora ella por su basto conocimiento y preparación en el ejército tenía la tarea de supervisar a los nuevos guerreros que llevaban al titán acorazado, al titán colosal y a la titán hembra.
Una tarde andaba supervisando el entrenamiento de Reiner y Bertholdt, los niños se tenían que esforzar más porque su misión era recuperar al titán fundador a toda costa, para que no volviera a pasar una guerra con un enemigo como paso hace unos años donde Marcel Galliard tuvo que utilizar al titán mandíbula dándole un reconocimiento ante aquella victoria.
—¿Qué tal te parecen los nuevos guerreros?—. Dijo el rubio al colocarse a lado de la chica, teniendo una reacción de susto por tomarla de sorpresa y mirarlo.
—¿Qué haces aquí? Creí que hoy estarías en entrenamiento...bien, pero tengo dudas de si podrán llegar hasta el rey y obtener el titán rápido.
—Terminé temprano por hoy, se tiene que conseguir... es lo que nos daría ventaja además de que las naciones no tendrían porque atacar Marley...¿Por qué tú no te postulaste para llevar al titán hembra? Siento que hubiéramos sido más que perfectos en equipo.
Al escuchar esas palabras, no pudo evitar en sonrojarse un poco, llegó a mirar a su amigo pero recordaba que ella no quería involucrarse mucho en la guerra al tener una presión de sus padres por querer tenerla enlistada la metieron en ese agujero de presión, la excepción fue conocer a Zeke.
—Sabes lo que quiero y pienso de esto, se que me pidieron bastante en aceptar pero...¿También que solo viviré hasta los 30? Tú...¿Realmente querías eso?
—¿Qué tiene de malo? Lo dices como si fuera la peor decisión de mi vida—. Contestó este algo molesto, la chica lo pudo notar suavizando su mirada.
—Lo decía porque...—.Quería una parte decirle algo pero se negaba por no saber si era cierto sus sentimientos y no querer ser rechazada.—No tendré a alguien con quien jugar béisbol y...alguien que me ayude cuando suelo ser torpe.
Zeke la miró con una sonrisa, no sabía como podía tener a alguien así en su vida, que esta venía hecha un caos desde que sus padres lo andaban utilizando.—Por favor (T/N), ya no eres esa niña de antes, ¿Recuerdas cuando empezamos estar en el ejército? Dos debiluchos.
***FLASHBACK***
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