¡Go, KQ, Go! [2Ho]

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— Y eso fue lo que pasó. — Terminó de explicar YeoSang a sus amigos.

— ¿Entonces estas diciendo que no te expulsaron? — Preguntó con asombro San.

— ¿Y que no te sancionarán? — Siguió JongHo.

— ¿A ca-cambio de-de qué fu-fue lo que di-dijiste-te? — Preguntó nervioso el mayor.

El rubio bufó.

— Ya lo dije, HongJoong hyung, a cambio de crear un nuevo grupo de animadores para el próximo juego de baloncesto que es en dos semanas. Y no, no me expulsaron ni me sansionaron porque las chicas solo tienen algunas leves fracturas por suerte.  Además, yo solo puse un indefenso ratón mecánico, no es mi culpa que Sana haya reaccionado mal y haya hecho caer a sus compañeras. — El rubio se encogió de hombros.

HongJoong solo le golpeó en la parte trasera de su cabeza por su increíble descaro.

— ¿Y como vas a hacer solucionar lo del grupo? — Preguntó curioso el pelinegro.

— Bueno, ya que al parecer ninguna chica quiere sufrir los mismos daños como el equipo de porristas, entonces el consejo escolar permitió que solo fueran hombres. — Contestó Kang.

— Y según tú, eso lo harías más sencillo ¿no? — Expresó con burla el menor del grupo.

— ¿Que es lo gracioso? Claro que es más fácil, tengo conexiones por todas partes. — YeoSang aseguró con una sonrisa mientras el resto solo pudo mirarse a la cara con algo de desconfianza.

Chasquidos y gemidos se escuchaban dentro del lugar, que estaba algo oscuro y caluroso debido a que tanto las ventanas como la puerta estaban bien cerradas y aseguradas. Y claro, por las acciones del par de personas dentro.

— Dios... Si YeoSang se entera... De esto sin que... Le digamos... Nosotros mismos nos... Matará — Hablaba entre suspiros San mientras se sujetaba con sus brazos al cuello de WooYoung y esté lo mantenía agarrado de sus caderas contra la pared.

Todo esto mientras se comían la boca con sus labios y daban rienda suelta a su pasión.

— Shhh... Ya habrá tiempo para eso. Mientras tanto déjame disfrutarte. — Contestó Jung en voz baja y que se le provocó muy excitante a San, mientras bajaba sus labios al cuello del mayor.

El pelinegro mayor solo gemía bajito mientras que sus manos empezaron a jugar con el pelo del menor.

— Joder, WooYoung, sí. Me vuelves totalmente loco. — Aclamaba San con los ojos cerrados.

Sí, San y WooYoung tuvieron la oportunidad de conocerse formalmente, y vaya que se habían conocido muy, muy bien.

Lastimosamente su candente momento tuvo que cortarse cuando el ruidoso sonido del timbre se escuchó por todas partes. San puso un puso un puchero en su boca y el menor solo paso sus manos por su cabello algo exasperado.