v e i n t i d ó s

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•Layla Frost - Solitude•

Narrador Omnisciente

-Camila-llamó Keana abriendo un poco la puerta de la amplia habitación, la luz entró al dormitorio a través de la rendija iluminando solo el suelo de madera y la cama de la adolescente. Camila levantó su cabeza con los ojos entrecerrados y se encontró con Keana en su puerta sonriendo de medio lado-. ¿Puedo dormir contigo? -preguntó ocasionado que mariposas revoloteen por el vientre de la menor.

Karla Camila asintió alzando un poco la luz de su lámpara y Keana entró a la habitación logrando no despertar a Sofía que dormía en una cama de al lado.

-¿No no podías dormir? -susurró y la universitaria negó mirando profundamente los ojos marrones a la vez que se recostaba al costado derecho de la menor-Cuando no puedo dormir leo o juego ajedrez en el móvil.

Keana arrugó la nariz con una sonrisa por la inocencia de la hermana menor de su amiga ya que estudiaba teatro, se podía pasar noches ensayando y dormir en cualquier momento del día.

-No me gusta leer, el móvil se quedó sin batería porque...-despejó un mechón de cabello sobre el rostro de Camila sintiéndose terrible por lo que sentía por la hermana menor de su mejor amiga- estuve hablando un buen rato con Alex y cuando quise dormir tu hermana empezó a roncar.

-¿Alex es?

-Un chico que me gusta-contestó Keana con rapidez y le gustó la cara de desagrado que hizo la menor-. Eh, no pongas esa cara que ya crecerás y tendrás a muchos detrás de ti.

-Creo que no-habló dejando de mirar a Keana para mirar hacia el techo. Kathe dice que yo soy muy muy fea a menudo, pero espero crecer y volverme bonita como tú.

-Eres mona, Cami, no le hagas caso a la mensa de tu hermana. Y yo me he arreglado, la verdad es que a tu edad usaba frenos, y unas gafotas como Richie de IT-Camila rio y volteó la cabeza hacia la universitaria-. Eres fuerte-le dijo Issartel pensando en muchas cosas a la vez y la expresión de confusión en la menor le hizo continuar-. Aun ríes sabiendo sobre lo de Sofi.

La menor bajó la mirada con tristeza, que el cáncer le haya tocado a su hermana menor afectó a toda la familia y a las personas cercanas a la familia Cabello Estrabao. No podían creer que una niña que apenas sabía caminar tendría que luchar contra esa enfermedad, Camila fue la última en enterarse debido a que le tuvieron que hacer muchas pruebas médicas luego de descubrir que la enfermedad era hereditaria.

-A mi madre le cuesta más mentir-mencionó con una sonrisa triste mientras que Keana cogía su mano izquierda-. Me gustaría estar en el lugar de Sofi; ella es muy pequeña.

-Apenas tienes trece-le respondió velozmente la universitaria sintiendo un fuerte golpe interno en el estómago. Sin embargo, Camila a esa edad quería que todos a su alrededor vivan felices así fuese a dar su vida a cambio.

Para la menor el tacto de Keana era reconfortante, sus párpados se volvieron pesados y entrelazó sus dedos intentando aliviar el dolor en su pecho.

-Quiero vivir siempre en este tiempo, con Kathe y tú visitándonos continua continuamente, y Sofi recuperándose.

A Issartel le pasaba lo mismo con la voz y la piel de la menor, ni haciendo otro tipo de gestos con sus novios ocasionaba la sensación de paz en su alma. Sus ganas de dormir aparecieron, pero quería seguir conversando.

-¿Ya tienes sueño? -susurró la universitaria y Camila asintió con los ojos cerrados-¿Me abrazas? -preguntó apagando la lámpara por completo a la vez que rápidamente sintió los cálidos brazos de Camila a su alrededor.

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