Felicity es abandonada por él hombre que decía amarla cuando más lo necesitaba, ahora le toca aprender a vivir con una nueva perspectiva, con ayuda de personas que la quieren y sobre todo de la ayuda de Laurel Lance quién se convertira en un pilar e...
Mi celular comenzó a sonar y yo frunci el ceño, no quería levantarme, quería descansar, he tenido días muy cansados.
-Laurel, apaga ese teléfono-. Dijo Felicity empujandome un poco.
-Ya voy-. Gruñi quitándome la cobija de mi rostro para sacar mi mano y mirar mi celular.
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-Tengo que ir al despacho-. Dije en un bufido haciendo que Felicity gruñera y me abrazara con fuerza.
-No te vayas, no me dejes, te necesito-. Dijo Felicity haciéndome reír.
-Cariño, no quiero irme pero tengo que terminar la investigación de mi nuevo caso-. Dije soltando un suspiro.
-Bien, te dejare ir solo por qué eres una genial abogada-. Dijo Felicity separandose de mi.
-¿Tú no tienes que ir al trabajo?-. Dije frunciendo el ceño.
-Si-. Dijo Felicity empujando todas las sábanas para poder levantarse.
Reí negando con la cabeza pero también me levanté, prácticamente Felicity ya se había mudado a mi habitación, todas sus cosas estaban aquí aunque todavía había otras cosas en su habitación pero en si, está ya era nuestra habitación y eso me hacía muy feliz, me encantaba dormir a su lado, abrazarla con fuerza.
Ambas nos movimos por la habitación para arreglar la ropa que estaba sin doblar, tendimos la cama y después nos metimos al cuarto de baño juntas, aún era algo ícono verla desnuda, Felicity tiene un hermoso cuerpo que me hacía sentir nerviosa, ella era absolutamente hermosa, salimos en unas toallas y fuimos directamente a cambiarnos, Thea últimamente se la pasa en el departamento de Roy, nos cambiamos y arreglamos para desayunar algo rápido para después lavarnos los dientes y después ir al coche.
-Que tengas un hermoso día-. Le dije cuando estacione en la entrada de su edificio.
-Tú también, te amo-. Dijo con una sonrisa besando mis labios para después quitarse el cinturón de seguridad y bajarse del auto.
-Tambien te amo-. Le dije con una sonrisa tonta.
Miré como sonría de oreja a oreja y comenzaba a caminar a la entrada del edificio, se giró para agitar su mano a modo de despedida para después desaparecer, aceleré alejándome de ahí para ir al despacho, al llegar ya todos estaban en movimiento y eso que eran las ocho de la mañana, saludé algunas personas y fui directamente por un café para después entrar a mi despacho y dejar el maletín.
Tomé un respiro y comencé hacer mi trabajo, tenía demasiado que no salí en todo el día del despacho, era una locura algunas demandas que hacían las personas, termine de recopilar información en uno de mis casos que se presentaría en la corte en tres días, luego salí para tomar algo que comer y volví al despacho, mi cabeza comenzaba a palpitar un poco pero tomé una pastilla para seguir mi trabajo.
