sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏ ɴᴇɢᴀᴛɪᴠᴏ

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SeokJin no sabía lo que era el amor, no sabía por qué odiaba tanto a la única persona que lo había querido.

Sentía una profunda envidia, rencor, porque aquel chico tenía todo lo que él había deseado en su miserable vida.

Los padres de aquel joven lo habían acogido, SeokJin los respetaba y estimaba porque ellos cumplieron con el papel de padres que no les correspondía.

Sin embargo, no podía evitar detestar al muchachito cuando sus padres lo mimaban, le llenaban de regalos y asistía a una de las mejores escuelas de la ciudad.

Y no es que SeokJin fuera aislado de esos privilegios, pero sus padres aún estaban vivos, y eran ellos los que debían velar por su educación, pero por supuesto. Nunca lo hicieron, por lo tanto, los padres de su amigo no podían involucrarse.

Y SeokJin odió más profundamente a aquellos seres que lo mandaban a trabajar para que ellos pudieran comprarse la droga que necesitaban para vivir.

SeokJin sólo había llegado hasta la mitad de la secundaria cuando sus padres lo obligaron a dejar la escuela. Él lo resintió mucho pues le gustaba aprender, pero si no hacía lo que sus padres querían, entonces lo golpeaban y SeokJin no quería tener su cuerpo maltratado, mucho había sufrido ya.

Por eso, cuando en un semáforo; él sacó los dulces que vendía y observó a la familia Jeon, felizmente compartiendo juntos; apretó sus manos hechas puño y maldijo a JungKook.

¡Jinnie-hyung! -Exclamó el jovencito contento al verlo.

Pero SeokJin no sonrió, e intentó irse, pero el suave apretón de los dedos de Kook en su muñeca lo detuvieron.

¿Por qué ya no vas a la escuela? -Preguntó con preocupación. SeokJin lo aborrecía. — ¿Es por esto? -Señaló las bolsas de dulces que Jin sostenía.

Debo trabajar para poder comer. -Respondió sin emoción.

JungKook bajó la cabeza, avergonzado por ese hecho.

Ten. -Le dijo el padre de Kook, tendiéndole dos billetes grandes. —Vuelve a casa, ya es tarde pequeño.

SeokJin tomó el dinero y sintió su estómago rugir, se sonrojó pero agradeció la ayuda.

¿Por qué no mejor vienes a comer con nosotros? -Invitó la señora Jeon con alegría. —Eres amigo de nuestro Kookie, de todos modos.

JungKook saltó emocionado y abrazó a sus padres en agradecimiento por incluir a su amigo.

Jin los observó, un amargo sentimiento formándose en su pecho.

«Maldito seas por tener todo lo que yo merezco.» Gruñó en su mente.

Esa misma noche, los Jeon se dieron cuenta de la precaria situación en la que SeokJin se encontraba y odió más a JungKook cuando le sonrió con pena al despedirse.

Contaba con once años cuando se juró vengarse de aquel que obtenía lo que él deseaba.

Pero la vida tenía otra cosa destinada para ellos, pues en ese mismo año, los padres de Jin murieron por una sobredosis y los Jeon se hicieron cargo de él.

Aunque los sentimientos negativos no lo abandonaron, incluso cuando Kook le confesó sus sentimientos, SeokJin estaba decidido en hacerlo sufrir.

Se aprovecharía de aquel amor que el menor le profesaba, haría que no lograra vivir sin él. Para después sacarlo del camino.

Él obtendría por fin su venganza.

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↬ᴅᴇᴘᴇɴᴅᴇɴᴄɪᴀ❥ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora