El Cazador de las nieves (Ruwigetta)

》Capítulo 29《

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Lolito está en llamas xd.

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Rubius Pov:

Después de despedirme de Vegetta y Willy decidí ir al patio y comenzar a entrenar, solo un poco. Luego de un par de horas sentía que mi cuerpo ya estaba cansado. Me maldije por dentro al sentir que no podía más pero, de pronto, sentí como alguien me jalaba del brazo gentilmente llamando mi atención.

—Disculpe, Rubius— dijo una niña con dos trenzas junto con otras dos niñas, yo las ví, esperando sus próximas palabras— Tome una toalla, para limpiar su sudor.

—Gracias— tomé la toalla dándoles una sonrisa.

—¿Tú usas la respiración de concentración total a todas horas?— preguntó de repente una de las niñas con un listón rosa en su cintura, la ví confundido— Mañana, tarde y noche. ¿Usas la respiración de concentración total incluso durmiendo?— yo solo quedé en silencio sin saber que contestarle a las niñas.

—No, nunca lo hice, ¿es acaso eso posible?.

—Sí— dijo la niña con un listón verde en su cintura— Por lo visto, hay una diferencia abismal entre hacerlo o no.

—Usar la respiración de concentración total un rato ya agota. Mantenerla todo el día sería...— dije, temblando, en pensar como mus pumones explotarían si hago la respiración por siempre.

—Hay gente capáz de hacerlo— afirmó una niña con un cinturón color celeste.

—El, ahora, héroe Vegetta y la cazadora Akira, por ejemplo, pueden hacerlo— dijo la niña del cinturón rosa. ¿Vegetta podía hacerlo? Si es así, le tengo que pedir ayuda en esto cuando lo vea de nuevo.

—Ya veo— dije con una sonrisa mientras doblaba la toalla— Gracias. ¡Lo intentaré!— luego de esa gran charla con las niñas, volví a entrenar mientras mantenía la respiración de concentración total con la esperanza de llegar al nivel de los héroes.

Las horas pasaban y seguía entrenando sin descanso alguno.

—"Respiración de concentración total"— empezaba a respirar con dificultad— "Dije que intentaría mantenerla todo el día, incluso durmiendo, pero..."— pensé, para luego terminar acostado en el suelo— "¡No puedo! ¡No puedo hacerlo! Si la mantengo por mucho tiempo, siento que voy a morir"— confesé crudamente mientras trataba de sentarme en el piso— "Es demasiado duro. Me duelen los pulmones y me retumban los oídos"— solté un gran gritó al sentir como si mis tímpanos estaban a punto de explotar— "Mis orejas.."— pensé tapándo las susodichas para luego ver mis manos— "¡Qué susto! Creí que se me salía el corazón por la oreja"— pensé frustrado— Vamos Rubius, ¡no seas cobarde!— al terminar de gritarme a mí mismo, seguí con el entrenamiento— "La clave son los pulmones. Cuando no puedo respirar bien, es porque los tengo débiles. Ánimo".

Narrador Pov:

Mientras Rubius entrenaba y se daba ánimos, no se dio cuenta de que tres pequeñas miradas estaban clavadas en él, atentas a cada movimiento suyo.

—Rubius está trabajando muy duro— dijo una de las niñas, con la cinta rosa, escondida detrás de un muro.

—Sí. Demosle unos bocadillos— dijo la niña con cinta celeste.

—Sí. Y también...— dijo la última niña, con cinta verde.

De pronto, las niñas aparecieron junto a Rubius, asustando a este, con unas cuantos bocadillos y dos calabazas hechas de cerámica.