Chocolate

100 8 0
                                    

—Todavía no entiendo por qué no funcionó, usé todas las mismas tácticas que uso con Barty, y las otras y no funcionó en absoluto! —Darcey se quejó mientras caminaban por el camino hacia Hogsmeade.

—El odia a los Slytherins, eso es probablemente por lo que no funcionó. Tendrás que trabajar más duro. —Lydia dijo, caminando hacia el pueblo a paso rápido, Darcey estaba agradecida por sus largas piernas, porque a pesar de la pequeña estatura de Lydia caminaba muy rápido.

—Bueno, ¿cómo me recomiendas que haga eso? —Darcey levantó las manos en una dramática rabieta.— ¿Cómo se hace para que Sirius Black se enamore de mi?

—Yo diría que sólo hay que usar la maldición de Imperius, y acabar con el. —Lydia dijo con naturalidad.

—Sabes que tengo reservas sobre las maldiciones imperdonables. Soy cruel, pero no pura maldad. Me gustaría que Sirius tuviera algún tipo de control en la situación. —Darcey odiaba las maldiciones imperdonables, se preguntaba por qué existían.— Bueno, entonces tendrás que hacer tu cosa menos favorita, Darcey. Trabajar duro. —Lydia se quedó sin palabras, Darcey gimió en respuesta.— ¿Por qué no le das un regalo? —sugirió, después de al comenzar a bajar por la calle principal de Hogsmeade.

—¿Un regalo? —Darcey se quejó.— ¿Esperas que me gaste mi dinero duramente ganado en él ahora?

—¿Qué dinero duramente ganado? —Lydia se burló.— Eres una bebé forrada de dinero.

—¡Él también lo es! Creo que puede conseguir sus propios regalos. —Darcey cruzó sus brazos sobre su pecho. Lydia puso los ojos en blanco.

—Estás intentando que se enamore de ti. Una de las mejores maneras de hacerlo es dando regalos, para que sepa que has estado pensando en él. —Darcey pensó que Lyida estaba recitando perfectamente el texto de algún libro que leyó.

—Bien, ¿qué sugieres? —Darcey cedió a regañadientes.

Lydia pensó por un momento, mientras miraba las tiendas.— Siempre está entrando en Honeydukes y comprando chocolate, debe ser goloso. Podrías conseguirle algunos de los mejores en Honeydukes.

—¿Chocolate? ¿Cómo lo sabes? —ella era escéptica.

—Soy una persona muy observadora. Él fue ahí cada fin de semana con Lupin el año pasado. Siempre salía con chocolates. —Lydia dijo con confianza. Lydia típicamente tenía razón en las cosas, así que Darcey pensó que simplemente seguiría con su plan.

—Bien, vamos. —Darcey se volvió hacia Honeydukes, el lugar era un zumbido con ansias de chicos de 3er año, contando sus galeones en su primera visita a Hogsmeade.— Ugh, hagamos esto rápido. —ella frunció el ceño.

Fueron al estante de chocolates, y compraron una gran barra de los Honeydukes de chocolate más caros vendidos. Darcey soltó un suspiro de alivio cuando volvieron a salir a la calle.— Black  está ahí, con Potter. —Lydia señaló más abajo en la calle.— ¡Ve a alcanzarlos! —le dio a Darcey un pequeño empujón— ¡Ve! ¡Ve!

—Ya voy, ya voy. —Darcey se arrastró, mientras se dirigía hacia donde Sirius estaba caminando con Potter. Se acercó a Sirius, moviendo un poco las caderas mientras caminaba.— Hola, Sirius Black. —le sonrió.

—¿Qué quieres, Daphne? —Sirius dijo, sonando molesto por su presencia.

—Es Darcey. Te he traído un poco de chocolate. —ella le pasó la barra, él parecía como si nunca hubiera visto una barra de chocolate antes.

—¿Por qué? —parecía confundido. Potter parecía divertido.

—Porque siempre la compras en Honeydukes. —Sirius se sonrojó, lo cual le pareció extraño. Potter se rió.— ¿Qué es tan gracioso Potter? —escupió.

—Nada... nada —Potter levantó la mano.— Es sólo... —agitó las manos delante de él, haciendo algún tipo de gesto vago que Darcey no entendió. Le levantó una ceja expectante. Potter la ignoró y se volvió hacia Sirius.— Siempre comprando chocolate, ¿no es así amigo? —dijo en un tono burlón, aunque Darcey no entendió la broma.

—Oh, mierda Cornamenta. —Sirius le hizo señas para que se fuera, sonriendo un poco. Darcey puso los ojos en blanco ante los estúpidos nombres que esos chicos se pusieron.

—De todas formas Black, quiero ir a Madame Pudipié conmigo. —se acobardó ante la mención de la tienda de té rosa con volantes, que las parejas asquerosas frecuentaban a menudo.

—En realidad Remus está esperando en Las Tres Escobas, así que tengo que ir. Supongo que nos veremos por ahí. —Sirius dijo, antes de despegar hacia el Las Tres Escobas. Potter, sin embargo, fue en la dirección opuesta. Probablemente se fue a molestar a la chica de sangre sucia que le gustaba.

—¿Tuviste suerte? —Darcey saltó mientras Lydia la asustaba.

—No, se ha ido a Las Tres Escobas. Pero se llevó el chocolate. —Darcey dijo, sorprendida de encontrarse decepcionada.

—Bueno, siempre puedes probar la poción de amor. —Lydia sugirió, mientras se dirigían a Las Tres Escobas.

—No, soy una mierda con los pociones. Sólo la tomo porque mi madre insistió.

—Bueno, entonces supongo que tendrás que ser persistente en tu búsqueda. —Darcey puso los ojos en blanco. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que ella esperaba.

killing sirius black ⧽ 𝘄𝗼𝗹𝗳𝘀𝘁𝗮𝗿 (𝗲𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗼𝗹)Where stories live. Discover now