Capítulo 15

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Me despido de los chicos luego de que las clases terminaran y me dirijo hacia la parada del bus. Le aviso a Charles que llegare tarde porque tenía que ir a la biblioteca, mientras me relajo en mi asiento escuchando música. Tenía que ir a comprar los materiales para la maqueta de arquitectura, así que una vez que me bajo dirijo mis pasos hacia la papelería que usualmente compro todas mis cosas para mis dibujos.

Clare, la tierna abuelita dueña del lugar, me sonríe cuando me ve ingresando. Hace una reverencia cuando llego y le sonrío tensa.

—Mi lady, es un gusto tenerla otra vez aquí.

—Solo Tess, Clare —niego con la cabeza — ¿Cómo ha estado?

—Muy bien, Tess, gracias por preguntar. Felicidades por lo de su padre, dile que cuenta con mi voto.

Asiento distraída y para terminar la conversación saco de mi morral la lista de materiales.

—Solo llevare esto.

Ella agarra la lista y se disculpa conmigo para ir a buscar todo. Me quedo mirando los tomos de los libros un rato, hasta que la campanilla de la tienda vuelve a sonar y por el rabillo del ojo descubro a Logan Myers mirándome. Aparto la mirada de un tirón, haciendo que me duela el cuello y miro hasta donde Clare desapareció. Sentía las manos sudándome, de los nervios y las palpitaciones subir de golpe.

—Aquí está todo, linda.

Me asusto. Ella había a aprecio de la nada y con una bolsa gigante. Le pregunto cuanto es y le entrego el dinero, pero me entrega otra bolsa con libros nuevos.

—Tu padre los encargo para ti esta mañana, también hay un juego de acuarelas nuevas.

Mi padre no solía hacer esas cosas por mí, lo cual me dejaba descolocada. Si era verdad que cualquier cosa que le pedía, él la compraba sin chistar. Pero el simple hecho que se tomara el tiempo en hacer algo por mí, por minúsculo que sea, me reconfortaba de pies a cabeza.

—Oh... de acuerdo, gracias —tomo las cosas y giro, encontrándome con el musculoso pecho de Logan Myers. Me aclaro la garganta incomoda cuando sus penetrantes ojos negros chocan con los míos, taladrándome —L-lo siento.

No espero a que conteste, desaparezco por la puerta a pasos agigantados. Sentía su mirada seguirme y me pongo más nerviosa. No es hasta que estoy fuera de la tienda que me tranquilizo un poco.

No era que Logan me cayera mal, no lo conocía, solo me parecía intimidante. De todas maneras, yo siempre me ponía nerviosa, él no tenía la culpa. No sabía si todos los rumores que se decían por los pasillos del instituto eran ciertos, tampoco quería averiguarlo. Él estaba en mis mismas clases, pero yo lo ignoraba y él a mí. Era un acuerdo mutuo.

Llego a la biblioteca pública y me voy directamente a la sección de estudio. Deposito todas mis cosas en una mesa larga y vacía. No solían venir muchos estudiantes a esta hora, lo sabía porque siempre hacia mis trabajos fuera de casa, me sentía más a gusto. Adelanto los planos en el iPad, y preparo mi debate para el club de historia. No me agradaba la idea de hablar delante de la clase, tenía que hacerme la idea, eso lo sabía, pero era difícil.

Termino el trabajo de cálculo y también el del club del señor Lawer, el examen estaba acercándose y no quería estar perdida. Casi finalizando la tarea de biología mi celular se ilumina en una llamada. Es Adam y me indica que vendrá a buscarme a la biblioteca porque ya estaba oscureciendo. Quiero replicar, pero al ver las bolsas descarto la idea y le contesto que sí.

Habían sido dos horas largas y tediosas, merecía un descanso. Tomo la libreta de mi madre y vuelvo a la pista estancada. Middlemarch.

¿Qué era lo que mi madre quería lograr con esa palabra sin sentido?

Todas las veces que nunca me amasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora