• Extra •

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Parte 1.

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— Es un placer hacer negocios con usted, señor Jeon —Extendió su mano y él lo recibió gustoso, estrechandola.

— El placer es mío Seokjin, mi nueva sede en California requiere un Bufet de abogados obligatoriamente, y quienes mejor que ustedes —Sonrió agradecido.

— Haremos lo mejor posible, apartir del lunes su empresa tendrá un abogado determinado para cada área necesitada. El contrato lo revisará con el codirector —Aviso y se apartó comenzando a caminar en dirección contraria— Sigame, lo llevaré a su oficina.

Ambos caminaron en dirección a la oficina del codirector de la empresa de abogados, ya que, obviando la razones el director general no disponía de tiempo libre para contratos menores como el de Jungkook.

Hace más de un año decidió expandir la empresa familiar en otros paises, comenzó por Japón meses después instaló una planta en Tailanda y actualmente en California, donde el plano fue mucho menor. Su plan iba a la perfección, que el Director General no lo haya recibido le pareció extraño, puesto que su apellido era una tal revolución en el ámbito empresarial sin embargo no se quejaba por ser atendido por el de más bajo rango.

Seokjin paró frente a una gran puerta de madera, tallada con diseños rústicos; una placa dorada y brillante como el sol en las mañanas, llamaban la atención de cualquiera a kilómetros de distancia, un nombre bastante familiar, se distinguía allí.

Min JiMin.

Sonrió cabizbajo.

El hombre a su lado golpeó la puerta dos veces, él sintió su pulso acelerarse cuando una voz peculiar al otro lado de la pared dijo;

— Adelanté.

Tragó saliva y sin saber la razón de su nerviosismo se adentró a la oficina tras Seokjin.

— Señor Min, venimos por el contrato — Habló el muchacho que lo había acompañado— Este es el señor Jeon.

Al pronunciar su nombre el rubio que permanecía revisando documentos en total concentración, levantó su vista primeramente hacia Seokjin y luego hacia Jungkook. Perplejo por la situación volvió a ojear los archivos en su escritorio, buscando el contrato que firmaría esa tarde con un CEO común, y no justamente con Jeon Jungkook.

Río nervioso al ver que de hecho si, el empresario que necesitaba sus servicios era nadie más que el dueño de sus desvelos.

— Sientate —Le ordenó, él obedeció— Seokjin gracias, puedes retirarte.

El empleado hizo una reverencia con la cabeza y abandonó la oficina de su jefe. El ambiente era incomodo no entendia la razón exacta pero de lo que estaba seguro era que no tardaría en saberlo, los chismes en su área de trabajo corrían velozmente.

El lugar quedó completamente en silencio, ambos esperaron pacientemente que alguno rompiera esa grieta construida hace mucho tiempo en cambio ninguno se animaba por temor de empeorar la situación.

Jungkook se arriesgó.

— Ha pasado mucho tiempo ¿A que si Min Jimin-ssi? —Decía mientras desabrochaba su saco color bordó, dejando a la vista su impecable camisa blanca, también enfatizando el apellido.

In another life •Kookmin•Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora