Capítulo 57: Family Story

395 58 8
                                    

Los demonios no morían fácilmente.

Eso tenía sentido para Kongpob. Obviamente, Kongpob era un demonio personificado ya que incluso con todos los disparos, golpes, torturas y puñaladas que recibió, todavía se encontraba vivo. Probablemente, el mismo Satanás ahora tenía miedo de ser destronado, por lo que aún no había tomado Kongpob.

Kongpob abrió lentamente los ojos y jadeo, sintiendo las secuelas de las palizas que recibió, ganándose la atención de Arthit, que estaba ocupado leyendo una novela.

—¡Kong! ¡Por fin estás despierto! —Arthit sonrió y lo ayudó a sentarse lentamente, dándole un vaso de agua que Kongpob aceptó con gratitud, ayudando a su garganta reseca. Tan pronto como Kongpob dejó el vaso, jaló a Arthit por la cintura y susurró contra los labios de este último.

—Yo también te amo, Arthit.

Allí. Finalmente lo respondió. Arthit sonrió y tiró de Kongpob para darle un beso, se apartó y susurró:

—Yo te amo más. —Kongpob negó con cariño con la cabeza. 

—No lo creo. Eso es donde definitivamente no puede vencerme, señor presidente.

Arthit solo se rió. Con su estado débil, Kongpob cambió de posición y jaló a Arthit para que se sentará a su lado.

—¿Cómo me encontraste?

—Wad. Nos envió la dirección en la que estabas. —Kongpob le dió una mala mirada.

—¿Dónde diablos está por cierto?

—Afuera.

Arthit empujó suavemente a Kongpob hacia la cama cuando vio que quería levantarse y matar a Wad con sus propias manos. Entrelazando sus manos y acariciando suavemente el dorso de la mano de Kongpob con su pulgar, Arthit continuó:

—Se siente muy culpable por lo que hizo.

—Como debe ser.

—Todos tus amigos ya lo golpearon, especialmente Tew, así que por favor, déjalo ya, sigue siendo tu hermano. —Kongpob permaneció en silencio, su mirada le decía a Arthit que ya estaba planeando lo que haría con Wad tan pronto como recuperara su fuerza. —¿Puedes hacerlo por mí? ¿Por favor? Después de todo, Wad sigue siendo mi primo y acaba de perder a su padre.

Kongpob sonrió mentalmente. Bueno. El bastardo estaba muerto. Sin embargo, lo único que lamentaba era no haber matado a ese hombre antes. Podría haberlos salvado de todo ese drama. Kongpob miró a Arthit por un rato.

—Por supuesto. Pero estoy haciendo esto por ti, así que será mejor que valga la pena.

—Te tengo una sorpresa una vez que te hayas recuperado por completo. —Arthit guiñó un ojo. Kongpob se animó, sus ojos brillantes de emoción. —¿Si? ¿Qué?

—Algo acerca de que yo te controle mientras estás esposado.

—Estoy tan excitado en este momento. —Kongpob enterró su rostro en el cuello de Arthit y comenzó a olerlo, dejando pequeños besos en los labios que hicieron reír a Arthit. —Oye, estamos solos aquí y no creo que nadie venga aquí pronto y no lo hemos hecho en un hospital. ¿Entonces que dices?

—No, y todavía estás débil-

—Entonces, si no estoy débil, y podemos volver aquí...

—No. No va a pasar. Odio estar en este lugar, me da escalofríos. —Aún sin alejarse de los besos de Kongpob en su cuello, Arthit intentó alejar la conversación de cualquiera de las fantasías traviesas de Kongpob relacionadas con el hospital. —Todavía no puedo creer todo lo que pasó en los últimos días.

La dominación del presidente // The President Dominationحيث تعيش القصص. اكتشف الآن