4. The Dance

5.8K 538 107
                                    

Dos minutos, y yo aún estaba tratando de encontrar como subir al muro. De dentro se podía usar el árbol, fuera estaba todo limpio. Incluso el muro estaba como una tabla. Sólo me quedaba usar la última carta.

—¡Jeon! ¿estás por ahí?

Miraba el muro por la zona donde había saltado esperando que me estuviera esperando ahí como pedí.

—¿Quién me llama?—respondió tras el muro.

Era mi día de suerte al parecer.

—No sé cómo entrar otra vez, qué risa, ¿Verdad?

—Mira que es idiota, ve a la puerta.

Fui a la puerta tranquilamente, un par de guardias me vieron e impidieron que entrara.

—Dejadla entrar—dijo Jeon con una mirada asesina clavada en mí detrás de los guardias.

Entré despreocupada y caminé tras de Jeon mirando

—¿Dónde, con quién y qué hiciste?—preguntó como un hermano mayor posesivo.

—Paseaba por la ciudad, con unos amigos que hice, me enseñaron a montar skate—respondí agitando el pequeño vehículo.

—¿Qué hace en la ciudad sola? ¿Está loca? ¿Y si os pasa algo? Sería mi culpa.

Podía ver como las venas de su cuello se marcaban, estaba al borde de la furia.

—¡Princesa! La estábamos buscando, no queda mucho tiempo, síguenos—dijo una de las sirvientas alejándome de aquella molestia llamada Jeon.

Después de que me obligaran a ponerme un vestido, esperé a que se fueran para ponerme lo que me viniera en gana; el vestido, encima, era verde esmeralda lleno de extravagantes detalles en dorado...con razón me iba a cambiar.

Allí sólo había vestidos sobredecorados, si hubiera habido alguno sobrio me lo hubiera puesto, pero como no era el caso tuve que improvisar.

Busqué en mi armario y sonreí. Me puse un jersey negro, ¿Ya dije lo micho que me gustan los jerseys? Y una falda larga hasta los tobillos, desgraciadamente no terminaba de tapar mis botas negras.

Abrí la puerta dispuesta a salir, eran las tres y cuarto; por lo que ya habría invitados.

Recogí algunos mechones en un moño. Sólo dejé pelos cayendo por mi rostro.

—¿Qué lleva puesto?—preguntó Jimin saliendo de una habitación frente a mí.

—Lo que tenía en mi maleta—dije terminando de atarme el cabello.

—No es una simple reunión, os presentarán como la prometida…

Él llevaba la típica ropa formal que llevaban los príncipes siempre en las reuniones que había visto en mi casa.

—¿Y? Me verán como quieran. Yo bajaré así.

—Es de lo que no hay, el Rey y tú tendréis problemas.

—Él me trajo a pesar de saber que era así, debió pensarlo bien—dije con una sonrisa traviesa.

Era capaz de ponerme un vestido, claro que sí. Pero una vez tuve una pelea con mi padre y prometí que no sucumbiría a sus exigencias, y la única que me trataba de imponer era esa. Por mí me ponía aquel vestido esmeralda y bajaba canturreando cualquier canción, pero tenía orgullo. No iba a ponerme un vestido excepto si la situación fuera tan importante como mi boda, no el anuncio de la misma.

Empecé a bajar las escaleras después de Jimin, todos me miraron con cierta confusión o incluso desprecio.
Las sirvientas estaban realmente sorprendidas y podía ver cómo temblaban un poco al verme pasar.

Prince Jeon - JK Where stories live. Discover now