Uno

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El sonido del reloj indicaba que pasaba de las siete de la tarde mientras que la brisa vespertina comenzaba a teñirse de un frío que, a gritos, le exigía que tomara un suéter y se preparara para el invierno oscuro que significaba la noche. Sin embargo, Yoongi, sumido en una línea atemporal carente de sensaciones, no lograba hacer conexión de su sentido común con su instinto de sobrevivencia, ya que simplemente no podía moverse de su lugar. En ese momento, él se sentía prácticamente como otro mueble más.

No tenía fuerza de mover un sólo músculo, no podía lograr que su cerebro mandara las suficientes señales eléctricas que le permitieran tomar el impulso necesario para levantarse, subir las escaleras, buscar en la cajonera y escoger su suéter favorito, el negro de rayas blancas que su madre le había regalado la navidad pasada.

Simplemente, no podía. De forma vaga lograba escuchar de fondo que un par de personas (y que no sabía en qué momento habían llegado) articulaba palabras de consuelo y lástima que, creía, iban dirigidas a él. Palabras que no tenían sentido tampoco. Eran como un susurro en una habitación llena de personas o un murmullo tétrico que relacionaba con una noche solitaria en el bosque.

A veces, no obstante, lograba captar un par de oraciones. "Yoongi, eres el alfa ahora, ¿sabes qué significa?" "Basta de juegos, eres el hombre ahora" "los alfas no lloran, ¿por qué tienes los ojos tan rojos?"

Si era consciente de que se encontraba ahí, rodeado de familiares molestos y de sus amigos que eran el doble de molestos, era simplemente porque su adorado hermano menor, Namjoon, estaba sentado a dos lugares de él, mirándolo con tristeza y moviendo sus labios en una oración que estaba destinada a solo ser entendida por él.

"Vámonos de aquí".

Sí, Yoongi quería irse de ahí.

Había sido una semana demasiado larga, tan irreal. La falta de sueño provocaba que el tiempo pasara de manera irregular ante su percepción y qué decir de la manera en que estaba afectando su paciencia.

—Vamos a casa, Nam — pronunció finalmente, su boca estaba seca por haber pasado tanto tiempo sin de

cir absolutamente nada y su voz había resonado algo rasposa.

Pero cuando se disponía a tomar la mano de su hermano menor volvió a escuchar la desesperada voz de su tía.

— ¿No crees que Nammie estaría mejor si... Tú sabes... Se queda conmigo?

Qué atrevimiento, eran ellos quienes menos derecho tenían de sugerir algo así. Yoongi no confiaba más en la familia Min. Aún si parecía que solo estaba cegado por el enojo y el dolor provocado por las acciones de su padre, todo estaba demasiado fresco como para pensar de manera racional.

Lo último que aquellas insistentes mujeres mayores escucharon no fueron palabras del chico, sino la manera brusca que azotaba la puerta y la voz de su hermano menor angustiado por la manera en que abandonaban el lugar.

Debían iniciar una nueva vida, y no le importaba hacerlo desde cero con tal de alejarse por completo de su pasado.


+++++++++++



Convencer a NamJoon de volver a clases no fue tarea fácil. El menor de los Min apenas y aceptaba comer una vez al día y qué decir de salir de su cama. Aunque sorpresivamente no había derramado más lágrimas desde el entierro de su madre, Yoongi percibía el dolor de su hermano. Él estaba viviendo lo mismo. Y de no ser porque ahora era responsable de una vida, también se hubiera dejado caer como su mente le pedía.

—NamJoon, si no abres la puerta voy a terminar tumbándola y podrás despedirte de tu privacidad...

Quería creer que una amenazaba como esa bastaría para hacerle reaccionar, pero el silencioso doloroso que recientemente dominaba la casa continuó.

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⏰ Last updated: Dec 23, 2020 ⏰

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ALFA DOMINADO  - YOONMINWhere stories live. Discover now