v. Lo que se oculta

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Anteriormente:

—No soy Juny y nunca lo fui —murmuró cuando JaeMin le tomó de los hombros y le hizo enfrentarle.

Después de un titubeo, la poca cerveza que había bebido se hizo sentir en su sangre devolvió el beso, entre mareado y excitado. Estaban besándose con una pasión demoledora, ciega, pero no duró demasiado.

Una tercera persona en el baño tosiendo para hacerse notar provocó que RenJun empujara a JaeMin. Diciendo cualquier justificación, se fue del club con las entrañas revueltas y hecho un mar de confusión.

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Cuando DongHyuck le había dicho para ir a su departamento, pedir una pizza y pasar el rato, su primera reacción había sido negarse y proponer ir mejor a su casa. Pero había acabado aceptando, consciente de que tendría que verle la cara a JaeMin tarde o temprano.

Habían pasado doce días desde el club y desde el beso, y once desde que había recibido una llamada de un número desconocido. Al contestar una voz baja y grumosa se había dejado escuchar balbuceando un "lamento lo que pasó, lo mejor sería que lo olvidáramos". Inmediatamente había reconocido quién era al otro lado de la línea y la garganta se le había cerrado.

—¿Por qué lo hiciste? —había preguntado en un murmullo, el corazón en su mano por la ansiedad y mordisqueándose el labio inferior.

Horas antes había llegado a su casa en un estado irreconocible. Se había desnudado y desmaquillado como un autómata, su mente kilómetros lejos y sus pensamientos enfocados en un hombre de cabello blanco que parecía ser inaccesible un instante y al siguiente estaba masajeando su lengua con la suya. No había sido más que un beso breve y pasional, no debía de afectarle tanto y, sin embargo, se quedó en la oscuridad sin poder dormir hasta que los primeros rayos de luz se filtraron por la cortina entreabierta.

—No lo sé. Solo... solo quiero que lo olvides —finalmente había oído la respuesta después de un silencio.

A continuación, sin darle opción a decir algo, a expresarse su "no tienes ni idea de lo mucho que me has jodido la cabeza y no es justo", JaeMin colgó.

Ahora no podía poner las manos al fuego afirmando que había arreglado el desastre que le había producido ese hecho, que seguía intentando convencerse, había sido insignificante. Pero había logrado un indudable progreso, los labios suaves, el aliento alcoholizado, la textura del piercing ya no le perseguían en sus ratos libres, acosándolo y asaltándolo con ideas de qué tan bueno podría llegar a ser...

—Las festividades se acercan —comentó DongHyuck, trayéndolo con brusquedad a la realidad mientras sacaba sus llaves para abrir la puerta—. Una semana.

RenJun pestañeó y sacudió la cabeza de un lado a otro de manera imperceptible.

—Lo sé. Usualmente paso las navidades y año nuevo en casa —dijo RenJun con cierta exaltación, la misma que surgía en cualquier situación al hablar del tema—. Aunque ahora será diferente, apenas he podido conseguir unos días libres para viajar y pasar allá la navidad.

—¿Trabajo? —interrogó DongHyuck con una sonrisa compresiva. Entraron al departamento.

—Sí, estamos en una temporada que...

Las palabras murieron en su boca a la vez que dos personas giraban hacia ellos y un diminuto grito femenino inundaba la estancia. JaeMin estaba en el sillón y una chica sentada en su regazo con la camiseta levantada y una pierna a cada lado. DongHyuck murmuró un "nunca cambias", y con algo muy parecido a un bufido, JaeMin se incorporó, sujetando con firmeza a la muchacha, impidiendo que esta desenrollara sus piernas de sus caberas y llevándosela.

𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞 𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 '𝐉𝐀𝐄𝐌𝐑𝐄𝐍Where stories live. Discover now