[...]Así eran sus besos, todos parecían el último, todos daban miedo a que no se volvieran a repetir, pero nunca creí que ésa llamada provocaría que fuera el último en su momento. [...] Ésa iba a ser la última vez que nuestra esperanza visitaría su tumba. Pero no quería irse sin preguntarle un par de cosas a alguien que jamás respondería. Sin desahogar todo lo que guardó.
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