Barcelona 1959. Raoul Vázquez es el más joven de una familia catalana, suficientemente rica para vivir bien y permitirse muchos lujos prohibidos para otros. Agoney Hernández, prefiere que nadie de su entorno sepa a que dedica sus noches. Un local situado entre los callejones de la ciudad hará que ambos jovenes se encuentren a solas en una habitación impregnada de olor a alcohol y cigarrillo, con melodias de blues sonando de fondo.