Amaia nunca llega a presentarse a Operación Triunfo, y su vida da un vuelco cuando decide ir con su hijo al concierto de Alfred García, el ganador de la edición que a ella le hubiera correspondido. Lo que no se espera es que el mayor representante de música indie española de aquellos tiempos le invite a su casa y que acaben enrededados en un sin fin de rompecabezas, que probarán sus ganas de seguir juntos, sus ganas de quererse hasta el final.