¿Se ha contado alguna vez la historia sobre el rey tirano embriagado de poder, oro y sangre? ¿Se ha escrito o imaginado siquiera alguna vez que sus pecados le costaron la división de un imperio, ahora atrapado por el tiempo? ¡Ah! Pero, aunque no se cuente, se saborea en cada efímero segundo y se siente en cada latir de los corazones, en cada uno de los habitantes de aquel imperio roto, que la magia, viva y caprichosa, está hambrienta. Cada gota diluida en la sangre de las personas atrapadas en aquel lugar les cuesta, a veces, incluso su propia humanidad, se alimenta y se esparce como un parásito a través del imperio fracturado, dividido en cuatro regiones donde crea sus propias normas y escoge a sus favoritos. Primera parte del cuento. [actualización semanal -sábado/domingo-]