Jeison no era el perfecto hombre del que todas se enamorarían, su actitud fría y desinteresada te hacía sentir la persona más miserable de todo el lugar, pero yo conocía una parte de él que derretiria hasta el glaser más congelado del mundo. Bajo aquel abrigo de frialdad y malhumor, se escondía un chico con el alma calida y delicada, aunque fácilmente te haría perder los estribos con aquel cuerpo esbelto hecho por los mismos dioses. ¿Qué de malo tendría enamorarme de un mafioso que solo me compró para romper su maldición? Tal vez no tendría nada de malo, pero definitivamente era una gran estupidez. Soy Shanea y ésta es mi historia que empezó con un chico antes de ser gato.